Con una llama siempre encendida, siempre hay esperanza para los pobres

La alegría y la gratitud en nuestros corazones son inmensas al ver la ayuda y el apoyo constante que las iniciativas de Manos Unidas nos han brindado.

Nada es más agradable que ver una sonrisa y ver esperanza en los rostros de los pobres, los enfermos, los desplazados internos, los niños que no tienen acceso a la educación y los marginados por los corazones abiertos y las manos abiertas que se les muestra.

La acción de “Enciende la llama”, a través de velas encendidas, ha seguido siendo símbolo de esperanza y alegría para tantos niños y adultos pobres que son ayudados por la generosidad de Manos Unidas y como tales, siempre la acogen con gran alegría y agradecimiento en sus corazones, ya que esto también es una señal de que quienes los ayudan siempre están pensando en ellos, incluso cuando están lejos.

Por lo tanto, se convierte en un símbolo de amor, un símbolo de comunión y un símbolo de esperanza de que no están solos sino que son parte de una familia mundial que se preocupa. El proyecto agropastoral actual para empoderar a los desplazados internos nos esforzamos por encender la vela de la esperanza en las vidas de las víctimas de la crisis sociopolítica que azota a la parte de habla inglesa de Camerún.