El proyecto que realiza Manos Unidas se va a situar en el área de Kanyama EPA, al noreste de Dedza, en la región central de Malawi. Esta área ha sufrido las variaciones en los patrones de lluvias y las sequías de los últimos años, y se encuentra muy dañada debido a la deforestación, la erosión del terreno y las sequías periódicas, afectando a los más vulnerables. Al mismo tiempo el terreno es fértil, lo que supone una oportunidad para la irrigación.
El área tiene una población de unos 71.000 habitantes, de los que aproximadamente un 45% son menores de 20 años. Se trata de una sociedad patriarcal, ya que el hombre es el que tiene el control y la gestión sobre los recursos. Esta situación hace más proclive que la mujer sufra situaciones de violencia de género. En las zonas rurales la gran mayoría de la población vive por debajo de la línea de pobreza. Además, el acceso al agua potable es insuficiente, y la mayoría de las fuentes disponibles están contaminadas. Pocas zonas tienen luz eléctrica y para la gran mayoría de las familias su única fuente de luz y de calor es el fuego, lo que supone la deforestación de la zona. Los miembros de las comunidades han percibido que existe un gran problema de seguridad alimentaria acrecentada en los últimos años por una climatología poco favorable.
Tras diferentes reuniones de las comunidades con las autoridades locales y CADECOM (Caritas Local), se ha diseñado un proyecto de irrigación con formación agrícola para las comunidades campesinas, de modo que se pueda conseguir más de una cosecha al año. Los beneficiarios del proyecto serán agricultores pobres con acceso a terrenos con posibilidades de ser irrigados, y se desarrollará en las comunidades de Mbozi Village y Nduwa Village. Aproximadamente el 62% de los beneficiarios serán mujeres. Los beneficiarios movilizarán recursos como arena, ladrillos y piedras para la construcción de las estructuras de irrigación (vertederos y canales).
De este modo, a partir del socio local Caritas, se ha solicitado ayuda a Manos Unidas para la construcción de canales y vertederos que desvíen el agua del río hasta sus terrenos. Se prevé también la compra y distribución de semillas, y la impartición de cursos de formación en agricultura, conservación de alimentos, irrigación y buenas prácticas agrícolas. Gracias al proyecto se formará a 500 familias en buenas prácticas agrícolas y se conseguirá más de una cosecha al año, algo imprescindible para paliar la situación de hambruna generalizada que asola al país.