Los estatutos de Manos Unidas estipulan que los cargos directivos tienen que renovarse a los seis años. Por ese motivo, Pilar Martínez Cuervas-Mons ha dado paso a una nueva Presidenta-Delegada: Celia Monteagudo García, que fue elegida por votación entre los voluntarios, y cuya elección ha sido aprobada por el Sr. Obispo de Albacete y por la Presidenta Nacional, Clara Pardo.
Celia Monteagudo García nació en Madrigueras (Albacete). Casada, con dos hijas y dos nietos, ha trabajado como profesora de inglés en Institutos hasta 2011, y porteriormente, como Inspectora de Educación en Cuenca y Albacete.
Es Doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Alicante, donde obtuvo asimismo su Licenciatura. También es Diplomada en Profesorado EGB, por la especialidad de Ciencias. Además se licenció en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de Comillas, y tiene un Doctorado en Sagradas Escrituras por la Facultad de Vidyajyoti en Delhi (India).
Sensibilizada con la situación de los Dalit (Intocables) de la India, cofundó la asociación: ‘Amigos de los Dalit’, en 2001. A partir de entonces comenzó su periplo misionero en la India, colaborando con proyectos, publicando libros e impartiendo charlas y conferencias, para ayudar a las comunidades dalits y adivasis de la India. Trabajó como voluntaria en Manos Unidas desde 1999 hasta 2009, en los departamentos de Formación y en Comarcales. Y en 2018, una vez jubilada, ha retomado el voluntariado, también en el departamento de Formación.
Celia declara sus razones para hacerse cargo de la Presidencia en Albacete: ‘Porque me siento llamada a arrimar el hombro más que nunca en estos momentos de crisis y pobreza multidimensional, como se indica en el Documento Base 2021 de Manos Unidas: la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que existen necesidades elementales (alimentación, agua y saneamiento, salud, vivienda, educación), y que existen 1.300 millones de personas en el mundo, afectadas por dicha pobreza, que carecen de ellas'. ‘Por todas esas personas que me han acompañado en mi camino de fe. Un camino que me ha llevado a recorrer lugares de la India, donde la miseria es extrema y te obliga a cuestionarte tu papel en la vida y a dar respuesta a mi identidad como laica y cristiana. 'Comienzo este proyecto con la convicción de la experiencia que una persona seguidora de Jesús me transmitió, poco antes de que ella recibiera una misión importante: ‘La misión no es nuestra, ni nos la damos a nosotros mismos. Es siempre algo recibido: la recibimos de Jesús’