Día de África 2024 (25-05-24). África clama: “Francia (el “mundo”) fuera”

 1. El día de África: ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué? ...?

¿Qué día? ¿Qué sentido tiene el Día de África?

El Día de África se celebra cada año el día 25 de mayo. Es una oportunidad para celebrar la diversidad y el éxito (¿? –el autor se lo cuestiona-) africanos, y para destacar el potencial cultural y económico que hay al continente africano. Esto se decía el 25 de mayo de 2023

La fecha coincide, no por azar, con la del día que se constituyó la Organización de la Unidad Africana (OUA). Probablemente la organización estrictamente africana de más impotencia y calado en el continente.


En varias webs dedicadas a este día, se dice: el Día de África es una maravillosa oportunidad para celebrar África como continente y su rica cultura y diversidad. Es una manera maravillosa de iniciar una conversación entre vosotros y con vuestros hijos sobre por qué están orgullosos de ser africanos y que los hace sentir orgullosos de serlo. Hay muchos recursos para ampliar el conocimiento de todas y todos sobre el continente y sus paisajes, su gente y su fauna. El continente africano es fantástico y nos pide aprender todo y de todo sobre él.

¿Qué está haciendo la ONU por África?

Quién escribe siempre se pregunta sobre este nivel de análisis y/o trabajo; qué hace el mundo, el multilateralismo, el mundo rico y sus cooperaciones y pretensas ayudas sobre el continente africano.
En otra web de las que decíamos poder leer actualmente: “abordar los retos planteados por los conflictos prolongados y las disputas de larga duración al continente africano ha sido un objetivo importante de la ONU”. Se han desplegado misiones en las regiones afectadas por el conflicto con el objetivo de mantener la paz, facilitar el diálogo político y apoyar a la reconstrucción después del conflicto”.

2. ¿Cuál es el tema del Día de África del 2024?

En la web más específicamente dedicada al día en cuestión (https://www.parliament.gov.za) nos explican cómo está definido el día en cuestión por este año 2024
“Educar un africano apto para el siglo XXI: Construir sistemas educativos resilientes para aumentar el acceso a un aprendizaje inclusivo, permanente, de calidad y relevando en África”.
Así se definió el 16 de febrero de este 2024. Y su logotipo parece que será:


Logo del Año de la Educación.

3. A qué dedicaremos pero, nosotros -desde MMUU Delegación de Barcelona-, este artículo de hoy: “SOBRE ALGUNOS DE LOS GRAVES DESAFÍOS EN ÁFRICA DEL SIGLO XXI” 

La tenemos más lejana de lo que realmente está y, en cambio, hay cosas que están pasando en esta África, tanto especialmente “rica” en tantas cosas, que, por otro lado, son un tipo de laboratorio de extensión de algunos de los grandes males del mundo actual. A modo de índice querremos hablar de (partiremos siempre que sea posible de hechos de este 2024 y evidentemente no serán análisis profundizados sino que, en su conjunto, nos dibujen una determinada y cruda realidad global que se ha venido y se va conformando):

  • África y el cambio climático
  • África y los recursos naturales 
  • África y las guerras del mundo

3.1 África y el cambio climático: Al este y al cuerno de África, por ejemplo

En medio de los desafíos y noticias devastadoras con los que hemos despertado durante este año 2024 relativos a diferentes lugares del mundo, la crisis climática está volviendo a golpear, también, al este y al Cuerno de África, por ejemplo.

Ha dejado terribles heridas a miles de familias en toda la zona oriental del continente. En abril, las fuertes lluvias del Niño provocaron desastres naturales en Burundi, Kenia, Somalia y Tanzania. Vientos violentos, granizo y deslizamiento de la tierra han agraviado las vulnerabilidades de estas comunidades. En Kenia, el aumento del agua ha desplazado casi 20.000 personas a los campamentos de Dadaab. 

Muhumed Shafat, de 70 años, y su familia, que han encontrado refugio en una de las escuelas de los campamentos citados, después de que su hogar se inundara, dice: "Tuvimos que abandonar nuestra casa cuando se quedó sumergida. Solo pudimos coger el esencial del poco que ya teníamos y huir a la escuela más próxima en busca de refugio."

3.2 África y los recursos naturales: “El coche eléctrico está teñido de sangre del Congo” 

La nueva pesadilla del Congo es de color azul. El cobalto, un metal azul utilizado en las baterías de litio recargables, ha cambiado la vida de nuestros aparatos tecnológicos: gracias a él, nuestros móviles, ordenadores o coches eléctricos que cargan antes, funcionan durando más tiempo y se calientan menos. La contrapartida es un infierno para miles de personas en el Congo. En Cobalto Rojo (Ed. Capitán Swing), el investigador Siddharth Kara (Knoxville, EE. UU., 1974), destapa el horror que conecta nuestro móvil con las profundidades de las minas congoleñas. Podéis ver una entrevista en La Vanguardia* del 31 de marzo de 2024.

Había investigado antes el trabajo infantil y la esclavitud; ¿qué lo llevó al cobalto? En 2016, unos colegas africanos le avisaron que algo malo pasaba con la minería de cobalto en el Congo. En aquel momento, él pensaba que solo era un color usado en pinturas. Viajó al Congo en 2018 para hacer un estudio académico, pero lo que vio en aquel primer viaje, el sufrimiento y la degradación, fue tan grave que sintió que el mundo necesitaba saberlo. Por eso escribió el libro citado.

Vio el reloj moral de la humanidad retroceder dos siglos hasta el tiempo en que la gente de África era tratada como salvajes sub humanos por el orden económico global. De repente había otro tesoro deseado por todo el mundo en el Congo y el mundo no mostraba ninguna preocupación por la dignidad o el bienestar del pueblo congoleño. Y lo peor es que todos nosotros no podemos funcionar ni 24 horas sin cobalto y tres cuartas partes del suministro mundial provienen del Congo, que se extrae en condiciones espantosas, violentas y degradantes.

Pero nunca en la historia de la esclavitud hubo tanta degradación humana para los que están abajo, ni se generaron tantas ganancias para los que están la cumbre. El Congo del rey Leopold fue un horror, pero aquel saqueo es un grano de arena en comparación del dinero que ganan las empresas y la cantidad de vidas que se ven afectadas. ¿Alguien en el Norte Global funciona sin cobalto? Imagina la escala. En el Sur Este de Congo, en Katanga, algunas minas artesanales acogen a miles de mineros. (*)


Acumulación de personas mineras en una mina africana.

3.3 África y las guerras del mundo: de las que ni se habla ni hablamos ya

Pongamos algunos nombres que nos despierten las neuronas y nos transporten a “Las Memorias de África”: 

  • Egipto y la frontera sur de Gaza y de Israel (no hablaremos; bastante conocido)
  • Etiopía y Tigray: guerra civil cruenta
  • Sudán: de la guerra al hambre extrema
  • “EL SAHEL” que “ha cambiado” Francia por Rusia
  • Ruanda y el Plan del gobierno británico para enviar solicitantes de asilo 
  • ....
  • iY no acabaríamos!

3.3.1 Etiopía y Tigray

Un conflicto político entre el primer ministro etíope Abiy Ahmed y el partido gobernante de Tigray, el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT), ha acontecido una guerra y una grave crisis humanitaria. Hasta dos millones de personas se han visto desplazadas y miles han sido asesinadas en la región. Aun así, se desconoce la magnitud total de la catástrofe porque el gobierno etíope ha paralizado las comunicaciones y ha limitado el acceso a Tigray.

La situación es, parece ser, devastadora, donde hombres, mujeres y niños —civiles— están aterrorizados y traumatizados, y rezan por los que no hayan llegado a la capital, Mekele, o a otro lugar relativamente seguro. 

Las raíces de este conflicto se remontan a la década del 1970, cuando el FLPT se formó como milicia, rebelándose contra Mengistu Haile Mariam, el presidente etíope que gobernó como dictador entre 1977 y 1991. A la larga, el FLPT se estableció como el grupo insurgente más poderoso del país, liderando la alianza que derrocó Mengistu en 1991.

La alianza rebelde se convirtió en la coalición gobernante en el país y constaba de partidos políticos vinculados a grupos étnicos. A pesar de que los tigraians sólo representan el 6 o el 7 por ciento de la población de Etiopía, un total de 118 millones, se convirtieron en la fuerza política dominante del país.

Pero el gobierno dirigido por el FLPT fue represivo, atacando a oponentes políticos, limitando la libertad de expresión y empleando la tortura. Las protestas contra el gobierno estallaron en 2015, cosa que a la larga condujo a la renuncia del primer ministro Hailemariam Desalegn. Abiy volvió y lo reemplazó en 2018.

Abiy enseguida hizo las paces con Eritrea, el rival de Etiopía en una brutal guerra fronteriza, y le concedieron el Nobel de la Paz en 2019. También se dispuso a purgar a los tigraians del gobierno federal y reorganizó la coalición gobernante en un solo partido político, el cual el FLPT rechazó unirse.

El FLPT fue dado de lado a nivel nacional, pero conservó su fuerza a Tigray. El partido controla el gobierno regional y su milicia cuenta con hasta 250.000 soldados. Cuando en el septiembre pasado Abiy canceló las elecciones a causa de la pandemia, el FLPT celebró elecciones parlamentarias regionales de todas maneras.

El gobierno federal tomó represalias en octubre, cancelando los fondos para Tigray. El 3 de noviembre, el FLPT atacó una base militar en el qué describieron como un ataque preventivo. El gobierno etíope puso en marcha una amplia ofensiva militar al día siguiente. Con el apoyo de Abiy, las fuerzas eritreas invadieron Tigray por el norte y las milicias del grupo étnico amhara llegaron desde el sur. Los dos tenían antiguos conflictos con el FLPT: los eritreos culpan al partido de su sufrimiento durante la guerra con Etiopía, mientras que los Los amharas alegan que se anexionó algunas de sus tierras más valiosas.

Desde entonces, la lucha entre las fuerzas etíopes, eritreas y amhares por un lado y las fuerzas tigraianes por el otro ha estado impecable, sin ningún bando predominante, y con unos niveles de terror que los pocos que pueden hablar califican de terrorífico.

3.3.2 Sudán: de la guerra al hambre extrema 

Once meses después de que estallara en Sudán una enconada guerra civil entre el ejército regular y un poderoso grupo paramilitar, más del 95% de los sudaneses no se pueden permitir una comida completa al día. Las cocinas comunales surgidas en varias partes del país para paliar la situación acusan cada vez más la represión y la carencia de recursos. Y por los relatos que nos llegan, sobre todo los niños, que sufren hambre severa o están muriendo por desnutrición o inanición en las zonas más castigadas, ya es algo que sucede diariamente. Este mismo miércoles 22 de mayo, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, alertó que la guerra en Sudán podría desencadenar “la crisis de hambre más grande del mundo”. Se estima que alrededor de 18 millones de personas -alrededor del 40% de la población- se enfrentan ya a niveles agudos de hambre.

La guerra que estalló en abril del 2023 ha provocado en Sudán la catástrofe humanitaria más grande del mundo: actualmente vive un hambre de una magnitud que no habíamos visto en 30 años; y, aun así, se opta para mirar hacia otro lado.

El hambre que está sufriendo el país es especialmente alarmante porque se registró al tramo final de su temporada de cosecha (desde octubre hasta febrero), un período en que suele haber más alimentos en circulación. Esto hace presagiar una situación calamitosa a mediados de año, cuando algunos pronósticos anticipan que siete millones de personas se enfrentarán a niveles de hambre catastróficos.

Entre los factores que explican esta alarmante crisis alimentaria están los combates, el deterioro general de la seguridad, la caída de la producción agrícola, el aumento de la violencia intercomunitaria, una inflación desbocada y una respuesta humanitaria exigua.

3.3.3 Desde “SAHEL” (que ha cambiado Francia por Rusia) a África Central

Buscar un final en la guerra civil en Sudán, ver como avanza el “yihadismo” en Sahel con la consiguiente salida occidental y entrada de una nueva alianza golpista (primero con grupos mercenarios rusos pero, cada vez más, con la misma Rusia), así como el nuevo conflicto entre Etiopía y Somalia, definen una realidad muy compleja que, casi seguro, no encontramos a jefe otro continente del mundo. ¡África también sufre esto!

El año que dejamos atrás ha sido pues, en términos de seguridad, uno de los más desafiantes de los últimos años en África. Amenazas constantes como las de los grupos terroristas instalados en  Sahel, Somalia o Mozambique, en 2023 asistimos al inicio de una guerra civil en el Sudán y vivimos una peligrosa escalada de tensiones entre Ruanda y la República Democrática del Congo; todo esto en un contexto de lenta retirada de las misiones de seguridad de la ONU –a toda la África- y de las tropas francesas, en concreto, en el Sahel y a sus antiguas colonias. 

Buscando nuevos socios y caminos 

El pueblo de Sahel se ha desilusionado no solo de las estrategias militares de Occidente, como lo demuestran los acuerdos de cooperación crecientes en materia de seguridad con otros países, sino también de las políticas económicas occidentales que no han producido el desarrollo social necesario y esperado o deseado.

Aunque los abundantes recursos energéticos de la región (incluidas las reservas de uranio del Níger), el Sahel tiene algunos de los niveles más bajos de generación y acceso a la energía del mundo, y al menos el 51% de la población no puede, todavía, acceder a la electricidad.

A pesar de que la Alianza de los Estados de Sahel empezó como un pacto de defensa, la autonomía política y el desarrollo económico son un foco central. Esto incluye, por ejemplo, hacer proyectos energéticos conjuntos y explorar la posibilidad de establecer iniciativas regionales de energía nuclear civil.

Burkina Faso ya ha firmado acuerdos con Rosatom, una empresa estatal rusa, para construir nuevas centrales eléctricas, mientras que Mali avanza en la aplicación de la energía atómica a través del Programa Nuclear Nacional, supervisado por la Agencia de Protección Radiológica de Mali.

Finalmente, la Alianza de Estados de Sahel representa también un intento de defender las demandas de soberanía y el derecho a la autodeterminación: una agenda que los pueblos del Níger, Burkina Faso y Mali han salido a las calles para apoyar.

Los acontecimientos en Sahel se están desarrollando a un ritmo rápido, pero también es cierto que la modernización pretensa se ve atenuada por las rigideces de las viejas costumbres. Se llama, a veces,: “siempre hemos sido generosos”; “la paciencia es necesaria”; “el cambio está en camino, pero va a su ritmo”.

3.3.4 Ruanda y el Plan del gobierno británico para enviar solicitantes de asilo 

El plan de Reino Unido para enviar a Ruanda a los inmigrantes indocumentados superó, el abril de 2023, su último obstáculo. Después de meses de debates y discusiones, el Parlamento británico aprobó una ley que declara el país centroafricano como “seguro” para transferir a solicitantes de asilo y extranjeros que hubieran llegado a las islas británicas irregularmente.

El primer ministro Rishi Sunak dijo que la iniciativa es un "cambio fundamental" en el enfoque global sobre la migración, puesto que "disuadirá personas vulnerables" de intentar llegar al país desde Europa continental en embarcaciones.

La oposición, activistas de derechos humanos y las Naciones Unidas han criticado el plan, porque consideran que supone una violación a los tratados internacionales vigentes en materia de asilo y refugio.

Horas después de aprobar el texto, las autoridades informaron que cinco inmigrantes ilegales murieron al intentar cruzar el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones!!!!!!

Detalles de la iniciativa

El llamado "plan Ruanda" prevé que cualquier solicitante de asilo que hubiera ingresado en Reino Unido ilegalmente después del 1 de enero de 2022 podría ser enviado a Ruanda, donde sus solicitudes de refugio se procesarán.

Si las peticiones son aprobadas, a las personas deportadas se les concederá el estatus de refugiados y se los permitirá permanecer en el país centroafricano, el cual hace justo tres décadas fue escenario de un genocidio y la calidad democrática del cual ha sido puesta en entredicho por organizaciones internacionales.

A quienes se les rechacen sus solicitudes podrían pedir establecerse en Ruanda por otros motivos o buscar asilo en otro “tercer país seguro”. Aun así, bajo ningún concepto ninguno de los deportados podrá volver a Reino Unido.

La iniciativa, inspirada en un plan puesto en marcha en Australia años antes, fue anunciada en 2022 por el entonces primer ministro conservador Boris Johnson.

Y aunque los gobiernos británico y ruandés firmaron a mediados del 2022 un acuerdo, por medio del cual el primero se comprometió a librar al segundo OS$150 millones a cambio de recibir a los inmigrantes, este todavía no se ha puesto en marcha.

Una serie de dictámenes de la justicia europea y una posterior batalla legal dentro del Reino Unido que acabó en la Corte Suprema han frenado el plan. 

Precisamente para impedir nuevos fallos judiciales que frenen el envío de los extranjeros ilegales, a finales de 2023 el gobierno de Sunak presentó ante el Parlamento una ley que blinda el acuerdo con Ruanda, al declarar que este país es “seguro” para recibir los deportados y en la cual cierra las puertas a los jueces británicos para bloquear los traslados de inmigrantes.

Voces a favor y en contra

Sunak, que viene de inmigrantes indios, ha asegurado que la iniciativa servirá para “disuadir migrantes vulnerables de hacer los peligrosos cruces y romper el modelo de negocio de las bandas criminales que los explotan”.

"El plan dejará muy claro que si vienes ilegalmente, no te podrás quedar”, añadió el mandatario.

La BBC calcula que unos 52.000 de los más de 100.000 solicitantes de asilo que hay en el país podrían ser deportados los próximos cinco años, tiempo que estará vigente el acuerdo con Ruanda.

La iniciativa gubernamental ha sido criticada internacionalmente.

Los altos comisionados de las Naciones Unidas para los Refugiados y para los Derechos Humanos, Filippo Grandi y Volker Turk, respectivamente, han pedido a las autoridades británicas que “reconsideren” este plan y que adopten “medidas prácticas” para abordar los “flujos irregulares de refugiados” y emigrantes”.

Este último subtema, para quien escribe este artículo –una persona que ya empieza en sede un poco grande- acontece del todo incomprensible como tantos otros que, actualmente, emergen en nuestra sociedad.

JXV - mayo 2024

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