Esta mañana, los miembros de la comisión gestora de Manos Unidas en Burgos, hemos tenido un cordial y extenso encuentro con nuestro nuevo Arzobispo en Burgos, Don Mario Iceta, que sustituye en la Diócesis a don Fidel Herráez, el cual por razones de jubilación deja Burgos, con un gratísimo sabor de boca, que nos ha transmitido a todos los que le hemos tratado con él, siendo muy cercano y querido por todos los miembros de Manos Unidas en Burgos. Le deseamos, sinceramente, lo mejor.
La visita para conocer al nuevo titular de la Diócesis, por razones obvias, ha estado limitada en su aforo, con las preceptivas y debidas medidas de seguridad, y ha versado sobre la situación de nuestra labor durante el pasado año, además de mostrarle los objetivos que nos hemos marcado para ésta nueva campaña entrante.
Respecto al pasado, hay que decir que la pandemia nos ha hecho plantearnos las cosas de manera muy diferente; una vez decretado un estado de Alarma casi permanente, y en el que nos hemos visto los voluntarios envueltos en cuarentenas, contagios y hospitalizaciones. Por fortuna sin consecuencias irreparables entre nuestro voluntarios, pero que nos ha supuesto una menor actividad, y una merma considerable de ingresos. En cuanto al futuro, le hemos planteado que vamos a continuar con actividades centradas en los medios de comunicación, o actividades que no requieran contacto social, con el fin de evitar la propagación del virus, y hemos aprovechado a solicitar su apoyo directo a través de una Carta Pastoral, ante el difícil año que se avecina. También se trató la problemática de las elecciones para elegir Delegado/a, la dificultad de encontrar nuevo voluntariado, y la situación de la ayuda a la cooperación en Burgos en general. Me temo que no hablamos de la pesada carga, que ultimamente nos ha supuesto la conversión de las últimas pesetas para proyectos humanitarios, pero se ha vuelto a hacer.
Agradecemos a Don Mario su cercanía y su amabilidad, y su disponibilidad a colaborar con nosotros, y le hemos emplazamos a una visita pastoral a nuestra sede, una vez que la situación epidemiológica general permita reunir a todos nuestros voluntarios. Nos ha animado a seguir adelante, y esos ánimos estoy seguro que no han caído en saco roto.