Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú
Amparo Faulí, presidenta de Manos Unidas en Castellón, inició el lanzamiento de la campaña que este año llevará a cabo Manos Unidas en la que se destaca la relación entre nuestros hábitos de vida y el deterioro medioambiental y cómo los pobres son los que más sufren por este motivo. Además, informó que, gracias a los 73.381 socios y a los 5.345 voluntarios repartidos entre las 72 delegaciones de toda España, se han podido realizar 564 proyectos de desarrollo en 54 países de África, América y Asia y tras la proyección de un vídeo para explicar las consecuencias del maltrato que recibe el planeta.
Testimonio de vida de nuestro invitado de campaña, el padre Marcel Bikongnyuy
Marcel Bikongnyuy, sacerdote camerunés en la diócesis de Kumbo, expuso con gran brillantez y emoción, la realizad que sufren los camerunenses en la zona donde trabaja por causa del deterioro ambiental. Denunció que los primeros perjudicados son las mujeres y los niños por ejemplo debido a las tremendas sequías, deben de caminar varios kilómetros para conseguir agua, que frecuentemente está contaminada, lo que origina grandes problemas de salud. Esto nos indica, según el padre Marcel, que el cambio climático que origina sequías, inundaciones, desforestación, etc. afecta mucho más a las personas más desfavorecidas, por no disponer de los recursos necesarios para combatirlo. Además, explicó algunos de los proyectos que él personalmente ha visto realizados gracias a la ayuda recibida de Manos Unidas como un dispensario, colegios, proyectos de mejora de la agricultura, de formación de mujeres, etc. y supo transmitir con gran emoción a los presentes, la mejora de vida que supone estas ayudas para estas personas, invitando a seguir colaborando con Manos Unidas.
Clausura del acto por nuestro obispo D. Casimiro López
Y, tras una reflexión sobre nuestros modos de vida y los gestos que podemos realizar para contribuir a mejorar o no perjudicar más a nuestro planeta, la casa común, D. Casimiro López Llorente, obispo de la Diócesis Segorbe-Castellón cerró el acto aludiendo al individualismo que nuestra sociedad fomenta y que conlleva a la insolidaridad