Este lunes, 13 de septiembre, se ha reunido el grupo parroquial de Manos Unidas con Pedro Antonio, el sacerdote.
Han comenzado en la capilla del centro parroquial rezando con el texto del Evangelio que nos invita a ser sal y luz en medio del mundo, siendo testigos. También, el Salmo 22 ha puesto al Buen Pastor como referente en nuestras vidas.
Ya en una sala, Pedro Antonio ha compartido una reflexión que ha escrito en este tiempo en el que iniciamos el nuevo curso pastoral, después del tiempo de confinamiento y del curso pasado donde fuimos poco a poco caminando, con restricciones. “Agradecimiento, acompañamiento, alegría, ilusión creativa, identidad cristiana. UN PLAN PARA RESUCITAR”. Este tiene que ser el estilo desde el que caminemos, sabiendo que tenemos que revitalizar todo, donde no podemos quedarnos estancados.
A continuación se ha hecho la programación, que tiene unos objetivos, medios y acciones concretas, dando respuesta a lo que tiene que ser Manos Unidas en la comunidad parroquial de San José: sensibilizando a la comunidad y al resto de la población de la importancia de la erradicación del hambre en el mundo y llevando a cabo acciones y actividades para recaudar fondos destinados a los Proyectos de Manos Unidas en los países más desfavorecidos.
Damos gracias al Señor por el grupo de Manos Unidas, y en él por las voluntarias (Mari Ángeles, Domi, Ángela, María, Mari Carmen, Maite, Sara, Geni) que con muchísima ilusión llevan a cabo la misión de dar testimonio. También damos las gracias a muchas personas que en la Parroquia colaboran en las actividades que se organizan.
