Los días 7 y 8 de junio de 2025, un grupo de 67 personas procedentes de diferentes delegaciones de Manos Unidas, acompañados de Dña. María José Miguel Ortega y D. José Juan Villegas (del área de Personas de la Organización) y D. Carlos González (viceconsiliario), han participado en el Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades. Este evento, que ha coincidido con la vigilia de la solemnidad de Pentecostés, se lleva a cabo en el marco del Jubileo de la Esperanza, un Año Santo proclamado por el Papa Francisco.
De nuestra Delegación de Manos Unidas de Ciudad Real, se han unido a esta experiencia única Conchita Martínez (presidenta-delegada) y Manolo Navas (tesorero) junto con otras diez personas -voluntarias y colaboradores- de Ciudad Real y de Tomelloso, para vivir un evento especial de gracia que sirve para reforzar nuestro compromiso de fe y acción en el mundo y el sentido de comunidad y fraternidad.
El día 7 tuvimos el regalo de Dios de atravesar las puertas Santas de las Basílicas S. Pablo Extramuros, S. Juan de Letrán y, por último Sta. María la Mayor, donde además compartimos juntos la Eucaristía celebrada por nuestro viceconsiliario. Después pudimos rezar delante de la tumba del papa Francisco.
Por la tarde asistimos a la celebración de la Vigilia de Pentecostés y al día siguiente, el 8 de junio, a la Sta. Misa de Pentecostés presididas por el Santo Padre León XIV, ambas en la plaza de S. Pedro en el Vaticano.
Es impresionante poder vivir un moento de gracia como este, estar en la Plaza de San Pedro significa estar en el corazón mismo de la Iglesia, un lugar lleno de la presencia de Dios. Es algo indescriptible lo que hemos vivido, en la presencia del Papa. Conmueve ver tantos miles de peregrinos de todo el mundo movidos por el mismo Espíritu, y tener la experiencia emocional de ver de cerca al Papa. Y, sobre todo, lo hemos vivido como una bendición de la providencia, que nos regala la indulgencia plenaria y renovación espiritual.
Ha sido una ocasión única para fortalecer nuestra fe y ser testigos del amor de Dios en el mundo, para renovar la esperanza y la confianza en Dios, y ser conscientes de nuestro compromiso, para que no nos quedemos solo en las palabras, sino que actuemos con alegría y misión en nuestra opción preferencial por los pobres, los descartados y los más desfavorecidos.
¡Caminemos juntos como peregrinos de la esperanza!