Manos Unidas inauguró ayer el mercadillo solidario que pone por Navidad y cuyos beneficios se destinarán al fortalecimiento de las actividades para el desarrollo sostenible en las zonas rurales de Mugina/Kivumu, en Rwanda (África central).
El obispo, don Gerardo Melgar, que estuvo presente en la inauguración del mercadillo, animó a todos a colaborar, recordando la solidaridad que siempre muestran los manchegos. Además, señaló la importancia del trabajo de Manos Unidas para el desarrollo de los pueblos: «El hambre no solo es hambre de pan, sino de cultura, hambre también de Dios, de todo aquello que necesita el hombre para crecer a todos los niveles».
Por su parte, la presidenta de Manos Unidas, Conchi Martínez, agradeció al obispo la disponibilidad del patio para situar el mercadillo, lo que permite que se guarden todas las medidas sanitarias. Desde Manos Unidas, explicó Martínez, «queremos vencer el miedo y no caer en la inactividad», por lo que se han puesto en marcha para continuar ayudando a los países en desarrollo.
