Entrevista en radio Cope Ciudad Real

“El efecto ser humano” es el lema de la Campaña de Manos Unidas que se inicia hoy, 5 de febrero. Así comenzaba el periodista José Manuel Fernández Almazán, en Mediodía Cope Ciudad Real, programa en el que entrevistó a la presidenta diocesana de Manos Unidas, Conchi Martínez, y a la misionera Pennamma Vattappulasthu Joseph de la Congragación de Misioneras de María Mediadora, acompañadas de dos jóvenes voluntarios, Irene y Juan Ramón. Tras un breve resumen del contenido de la Campaña nº 65, por parte de la presidenta diocesana, quien manifestó que la misma “pretende alertar de las causas y de los efectos de la crisis climática sobre la población más vulnerable del planeta, pese a ser los que menos han contribuido a esa crisis y además son los que menos recursos tienen para contrarrestar sus efectos” y que, con el lema “el efecto ser humano”, se pretende destacar ese doble poder que tiene el ser humano para bien y para mal, de tal manera que si somos causantes de la degradación del medio ambiente, también nosotros podemos repararlo, porque somos la única especie capaz de cambiar el planeta, la presidenta apeló al “compromiso personal, a tomar conciencia de que es necesario cambiar nuestros hábitos de vida, de consumo, de producción y evitar actividades cuyo impacto ambiental impide a otros seres humanos llevar una vida digna” y reclamó “una implicación de la política global en la lucha contra el cambio climático que para ser justa debe centrarse en los más vulnerables”.

Por su parte, Pennamma, tras presentarse como oriunda de la India, del Estado de Kerala y contar cómo surgió su vocación, que al terminar el bachillerato informó a su párroco que quería ser misionera, manifestó que, desde el Estado de Kerala, consideraban misión el norte de la India, más pobre; que el párroco le informó que en España estaban pidiendo misioneras. Así, un grupo de jóvenes vinieron a un pueblo de Ávila (Piedralaves). Allí hizo la formación religiosa durante tres años y después les enviaron a Madrid, donde hizo la profesión de enfermera, realizó la especialidad de matrona y volvió a la India para trabajar en los pueblos más necesitados. Primero, continuó Pennamma, “hice apostolado realizando formación de jóvenes en Kerla, pero como la Congregación también tiene apostolado en el Estado de Andhra Pradesh y en otros estados, donde querían establecer escuelas, aunque no tenían recursos, pues eran maestras, enfermeras, pero lo que no tenían eran recursos económicos, y como estando en España habían conocido Manos Unidas y habían colaborado de formas muy diversas, hicieron petición de ayuda a la organización”. Desde pequeñita-continuó- “estoy conectada con la institución y sé cómo trabajan, cómo exigen y cómo para aprobar un proyecto lo estudian meticulosamente”. Iniciaron a pequeña escala una escuela, que en estos momentos se han convertido en dos grandes escuelas con 1.500 y 1.800 estudiantes y también ayudan en dispensarios porque al ser enfermeras varias de ellas, visitan las casas e informan sobre cuestiones de salud acompañando, al dispensario, a los pacientes.

 

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