#DiaAlfabetizacion en Guatemala: “Soy mujer y tengo derecho a estudiar”

 

Miércoles, 7 septiembre, 2016

“Mi padre me dijo que yo soy mujer y que no tengo derecho a estudiar, que solo los hombres tienen derecho”. Así fue como, en sexto de primaria, a Manuela Salam Mejía le quitaron de golpe el derecho a continuar educándose.  “Yo soñaba con seguir aprendiendo, pero no me dejaron. Me sentía mal y por eso me fui a trabajar a la capital, donde ganaba dinero, pero no me alcanzaba para estudiar”.  Manuela supo desde niña lo que es ser mujer e indígena en Guatemala, país en el que el 51% de la población vive en la pobreza y donde cerca del 36% de las mujeres son analfabetas.

Alumnas del centro de Alfabetización. Guatemala_Chema Puchades

Pero Manuela no se rindió y siguió buscando la manera de continuar con su formación hasta que, pasados los años y de la mano del Centro Experimental de Desarrollo para la Pequeña y Mediana Empresa (CEDEPEM), socio local de Manos Unidas en Guatemala, “felizmente llegó esta oportunidad”. Hace ya seis años que CEDEPEM, una organización civil de carácter no lucrativo que tiene como fin contribuir a la mejora de la calidad de vida de la población pobre y marginada, solicitó el apoyo de Manos Unidas para llevar adelante la primera fase de un ambicioso proyecto que busca la promoción integral de 270 mujeres indígenas, a través de la mejora de las condiciones sociales, educativas, económicas y organizativas, en trece comunidades rurales indígenas del municipio de Nahualá, donde trabaja desde hace más de dos décadas.

El éxito y los logros de esta primera fase fueron tales que Manos Unidas y CEDEPEM decidieron ampliarlo, en una segunda fase, a otros seis municipios del departamento de Sololá.

Manuela es una de las 140 mujeres, de entre 18 y 45 años, beneficiarias directas de esta segunda fase que se puso en marcha hace casi dos años para aliviar la situación de pobreza extrema en la que viven la mayor parte de los habitantes de la zona y, principalmente, las mujeres, pertenecientes en un 98% a la etnia ki´ché (quiché). 

Tradicionalmente, las mujeres de la zona se ven excluidas del acceso a la educación y su papel en las estructuras sociales y políticas es prácticamente nulo. Su único rol reconocido es el de ser esposa y madre y su función, cuidar del hogar. “Guatemala está enfrentando una situación difícil en relación a la educación. Las mujeres han sido discriminadas y no han tenido la misma oportunidad para poder desarrollarse en el ámbito educativo. La ayuda de Manos Unidas y CEDEPEM ha sido una pequeña luz para nuestras estudiantes, para que ellas puedan seguir con su proceso educativo. Tienen metas, tienen sueños, pero lamentablemente no los pueden cumplir porque no tienen esa financiación económica. En Guatemala los sueldos son muy bajos, no nos ayudan a tener una mejor calidad de vida y se nos dificulta bastante poder sostener a nuestras familias”, explica Melida Chowuaj, Docente del Instituto Tijax de Panajache (Sololá), quien al final de cada curso se enorgullece de poder decir que cada nuevo grupo de alumnas “va a poder contribuir al mejoramiento educativo, social y comunitario de nuestro país”.

Gracias al proyecto, cuyo importe total asciende a más de 600.000 euros, las mujeres han podido acceder a programas formativos de dos años, que les han permitido completar la educación secundaria y el bachillerato. Además, han recibido formación en ámbitos como la siembra de productos agrícolas que rescatan las semillas criollas y hacen uso de abonos orgánicos respetuosos con el medio ambiente, con el fin, entre otros, de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria de las familias.

Alumnas del centro de Alfabetización. Guatemala_Chema Puchades

Y las mujeres, como Aurelia, han aprendido también que tienen derechos y cuál es su verdadero papel en la sociedad y en la familia: “Antes nos obligaban a todo, siempre nos agachábamos, nunca decíamos nada. Pero nosotras estamos aprendiendo sobre qué son los derechos de la mujer y el derecho a la educación y qué es el liderazgo”. 

ORGANISMOS FINANCIADORES

Contribuir a que estas mujeres sean capaces, ahora, de defender sus derechos y optar a una vida mejor para ellas y para sus hijos, ha sido posible gracias a la colaboración de los siguientes organismos oficiales españoles: Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Vizcaya, Diputación Foral de Álava, Ayuntamiento de Jaca, Ayuntamiento de Mungía, Ayuntamiento de Salamanca, Ayuntamiento de Vall D'Uixo, Ayuntamiento de Guadalajara, Diputación Provincial de Zaragoza, Ayuntamiento de L'Ampolla, Ayuntamiento de Benicarló, Ayuntamiento de San Carles, Ayuntamiento de  Amposta y Ayuntamiento de Roquetes.

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