Despedimos hoy a la misionera salesiana Carmen Ramos, que nos ha acompañado en este inicio de la LXI Campaña de Manos Unidas en Córdoba y que, desde que llegó el pasado lunes, nos ha transmitido entusiasmo, esperanza y un ejemplo admirable de esa imprescindible labor en el mundo, que realizan los misioneros en los lugares donde la dignidad de nuestros hermanos se ve vulnerada y aunque sea por diferentes motivos, todos ellos desembocan en la pobreza y en la desigualdad de oportunidades.
Carmen Ramos ha venido a España para colaborar en la actual Campaña de Manos Unidas, participando en las delegaciones de Sevilla y Córdoba. Su labor misionera la realiza en la lejana isla de Timor Este, concretamente en su capital, Dili, llevando la administración de un colegio de niñas y jóvenes donde reciben una formación académica y humana que le permite tener un futuro digno. Su presencia entre nosotros ha sido un ejemplo de dedicación a la obra de Dios, pero también una inyección de entusiasmo y fuerzas renovadas para nuestra labor de voluntariado en Manos Unidas.
En la despedida nos decía medio en broma, que ahora tendrá que hacer un periódo de silencio y no es de extrañar, pues no la hemos dejado parar ni en momento, un tesoro así hay que compartirlo, para que su testimonio, como el de tantos misioneros que entregan su vida silenciosamente, hacia los más empobrecidos, sirva a muchos y esto nos ayude a convertirnos en perosnas más solidarias y humanas.
La misionera Carmen Ramos ha visitado colegios como Las Francesas, El Calasancio, Las mercedarias, Lope de Vega e Institutos públicos como Séneca y Alhaken II, catequesis de jóvenes en la Parroquia de la Trinidad, cenas del hambre en Villafranca, Bujalance y las parroquias de San Lorenzo y Puerta Nueva, testimonios en las homilias dominicales de Cristo Rey y San Miguel y de forma especial, pudimos compartir su testimonio, en la conferencia del pasado jueves, en los salones parroquiales de San Miguel Arcángel, asitambién ha sido entrevistada en medios locales como Canal Sur Radio, Cope y Canal Diócesis.
Sabemos que todo este periplo dará sus frutos, el Señor se vale de personas como Carmen para remover nuestras conciencias y no quedar impasibles ante las situaciones de pobreza e injusticia de nuestros hermanos. Desde aquí le agradecemos, ya a nuestra amiga Carmen, toda su dedicación y paciencia con nosotros y muchas bendiciones en su labor misionera en Timor Este. Siempre recordaremos su paso por Córdoba y el bien que ha hecho a tantos niños, jóvenes y asultos que hemos tenido la suerte de conocerla.