En un dos de febrero muy primaveral, ha sido presentada, en la Catedral de Córdoba, la Campaña LXI de Manos Unidas, cuyo lema es: Quien más sofre el maltrato del planeta no eres tu. Recordando las palabras del Papa Francisco, ya por el mes de mayo de 2015, cuando a través de su encíclica Laudato si, denunciaba el deterioro ecológico que sufre nuestro planeta, especialmente por parte de los países más ricos y que supone la destrucción de muchas zonas naturales donde viven pueblos indígenas y comunidades con una economía de subsistencia. Lamentablmente la situación ha empeorado desde el año de la publicación de la Laudato si y los empobrecidos de la tierra sufren aún de forma más severa los estragos del cambio climático y la contaminación de la tierra, el agua y el aire que respiran, con el consiguiente deterioro de su salud y esperanza de vida.
Esperemos que esta campaña, que podemos calificar de emergencia social, sirva para concienciarnos, en primer lugar, a nosotros, ciudadanos del los países que más contaminamos y seamos capaces de cambiar nuestras prácticas, sería el primer paso a la responsabilidad con el planeta y con nuestros hermanos empobrecidos.
Hemos celebrado este día de la Presentación del Señor e inicio de Campaña, junto a un nutrido grupo de religiosas y consagrados que conmemoran esta festividad desde su vocación de entrega total a Dios. Nos consta y así nos lo comunican, que muchas de estas congregaciones que trabajan en lugares de misión, se ven beneficiadas gracias a los proyectos de desarrollo de Manos unidas, por lo que encontrarnos con ellos, en esta festividad de La Candelaria, en el Templo madre de nuestra diócesis, ha adquirido un significado especial: la oración y la vida contemplativa junto con la acción por los pobres que conlleva la labor de Manos Unidas, tanden fundamental en la vida cristiana y que conlleva que este mundo sea lugar mejor.