El pasado día dos de mayo nos dimos cita un nutrido número de valuntarios de Manos Unidas de la Delegación de Córdoba para homenajear a Natividad Velasco Márquez, que realiza, desde el año 2011, una labor que va más allá de sus funciones laborales en la administración de la Delegación cordobesa.
Su vículo con Manos Unidas tuvo sus inicios participando como voluntaria en una chocolatada organizada por la Delegación, un tiempo después pasó a contratada, en el 2011, su vocación como voluntaria no se vio afectada por su nuevo desempeño en Manos Unidas, al contrario, ha ido compaginando durante estos doce años su función como trabajadora responsable y entrega comprometida en su voluntariado.
El cariño a Manos Unidas y a los valores que representa, así como a las personas que integramos el voluntariado en Córdoba, tanto delegación, como parroquias y localidades, a los que Natividad considera "su otra familia", es lo que la mueve cada día a dar lo mejor de sí misma. Asimismo afirmó que éste es un homenaje y celebración para todos los que realizamos nuestro voluntariado en Manos Unidas, desde las diferentes funciones que se asumen en la Organización, pero juntos trabajando por un objetivo común: contruir el bien en la Humanidad desde esta pequeña parcela en Córdoba.
En el acto estuvieron presentes la familia de Natividad; el consiliario diocesano, Agustín Moreno; la responsable de delegaciones en Andalucía Occidental procedente de Servicios Centrales, Bárbara Bayod; las Hermanas misioneras de Mª Inmaculada, Carmen Femoi y Cándida Guillén y un numeroso grupo de voluntarios y amigos de Córdoba capital y represenantes de las localidades de Baena y Cabra, con la delegada diocesana, Pepa Iribarnegay que le hizo entrega de una placa conmemorativa y otros obsequios.
Desde estas líneas queremos agradecerte, con todo nuestro cariño, tu generosa dedicación a Manos Unidas, que siempre llevas con un entusiasmo y energía contagia e impulsa, por ello te queremos y esperamos poder contar con tu presencia y vitalidad mucho tiempo más. ¡Gracias Nati!