Compartir es nuestra mayor riqueza. El lema de nuestra campaña sesenta y seis de Manos Unidas se ha hecho realidad, de una forma especial, gracias a la visita de la misionera Ana María Gutiérrez Martínez, de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, que ha compartido con voluntarios y amigos de Manos Unidas una semana especialmente intensa en trabajo y en emociones. Nuestra invitada a la Campaña ha despertado en todos los que hemos tenido la oportunidad de escuchar su testimonio, lo que supone una entrega total a los más empobrecidos, poniendo lo mejor de sí misma, que en el caso de Ana María es mucho. Y ha supuesto un ejemplo auténtico y visible de lo que anuncia precisamente el lema de esta Campaña de Manos Unidas recién inaugurada.
Ana María, es licenciada en Medicina y Cirugía además de licenciada en Estudios Eclesiásticos, religiosa Esclava del Sagrado Corazón, ha desempeñado su labor en Camerún y actualmente vive en el Congo, donde además de su trabajo como doctora, lleva la administración de un colegio de la congregación de niños y niñas desde los tres a los dieciséis años, así como un centro de formación profesional.
El testimonio de Ana María ha tocado el corazón de muchos en nuestra diócesis, ya que su estancia en Córdoba no ha dado lugar a mucho descanso. Ha visitado colegios como el CEIP Los Califas, Colegio Las Francesas, Colegio Las Mercedarias, Grupo Escolar Colón o el Instituto de Educación Secundaria Fidiana. Así también ha compartido su testimonio en diferentes parroquias de la ciudad, como la Basílica de San Pedro, Santa Rafaela María, Virgen de Fátima, Santa Bárbara, Nuestra Señora de la Esperanza, San Andrés y San Lorenzo Mártir, donde se ha acompañado de diferentes Cenas del Hambre organizadas por las respnsables de nuestra organización en las diferentes parroquias.
El agradecimiento a Ana María Gutiérrez, desde estas líneas, se queda corto con su entrega, alegría y disponibilidad con el impulso que nos ha transmitido desde su testimonio, que nos vivifica en esta Campaña en la que no podemos olvidar que: Compartir es nuestra mayor riqueza.