CARTA DEL MUNDO POBRE AL MUNDO RICO-ABRIL 2023

Marta y María dijeron a Jesús: “Señor, el que tú amas está enfermo”. Y Jesús les dijo: “Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el hijo del hombre sea glorificado por ella”.

Todas las enfermedades nos dan la oportunidad de ser nuevos Cireneos, ayudando a Jesús con el peso de la cruz (Soportando sobre sus hombros todos los pecados del mundo). El itinerario de la enfermedad es el itinerario del Vía Crucis, es el camino del dolor y del sufrimiento que nos lleva al pie de la Cruz, a la pasión, muerte y resurrección. Sin cruz no hay resurrección. Abracemos la Cruz como fuente de salvación. Es el único camino para alcanzar la gloria.

Jesús nunca dejó de atender a todos los enfermos que se lo pidieron: leprosos, paralíticos, lisiados, ciegos, mudos, sordos, endemoniados, etc. A todos los curó por su fe.

Aprendamos a aceptar la voluntad de Dios en cada circunstancia de nuestra vida: salud-enfermedad, pobreza-riqueza, compañía-soledad, alegría-tristeza. Él siempre nos acompaña en cada etapa de nuestra existencia.

Las personas más pobres del mundo sabemos mucho de esto. Aceptamos nuestras cruces. Sabemos que estamos en las manos del Padre misericordioso. Esta esperanza nos mantiene vivos. También confiamos en que nuestros hermanos creyentes nos ayudarán a salir de nuestra situación extrema.

Jesús nos enseña que el amor a Dios es inseparable del amor al prójimo.

Amar solo a Dios sería caer en el espiritualismo. En el individualismo. En el egoísmo.

Los voluntarios de Manos Unidas saben mucho de esto. De cuidar del hermano. De compartir los bienes. De trabajar en proyectos de desarrollo. De trabajar por un mundo más justo y mejor, que se acabe con las profundas desigualdades entre ricos y pobres.

Durante esta cuaresma no dejemos de practicar lo que durante toda la historia del cristianismo se ha llevado a la práctica: Oración, ayuno y limosna. Llevarlo a cabo es una forma de unirnos a todos los cristianos que durante veintiún siglos hemos seguido a Jesús.

En el momento de la muerte no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, ni de dinero que hayamos dado, sino en el amor a Dios y al prójimo que hayamos puesto en ello.

Que Dios os bendiga

“Feliz Semana Santa”

 

 

Juan Antonio Montes Paniagua

Presidente delegado de Manos Unidas. Diócesis de Getafe

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