Gen. 4,9-10 ¿Dónde está tu hermano Abel?
No sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?
“¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar desde el suelo.”
Esta pregunta Dios nos la hace hoy a todos y cada uno de nosotros:
“¿Dónde está tu hermano? ¿Qué has hecho?”
La voz del pobre clama desde la tierra hasta el cielo. Y Dios siempre la escucha.
Sofonías 2,3
“Buscad a Yahvéh, pobres de la tierra, los oprimidos, los débiles, los pequeños, los necesitados.”
Lucas 12,33
“Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioren, un tesoro que no os fallará en los cielos, donde no llega el ladrón, ni roe la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.”
Hechos 4,32
“La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo lo tenían en común…No había entre ellos ningún necesitado, porque todo lo que poseían, campos o casas, lo vendían, traían el importe de la venta, y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartían a cada uno según sus necesidades.”
Mt 14,16
Jesús; “Dadles vosotros de comer”. Discípulos: “No tenemos más que cinco panes y dos peces”
Jesús: Traédmelos acá, Vosotros poner vuestros cinco panes y dos peces y yo pondré el resto. Los bendijo, los partió y dio a sus discípulos, y estos a la gente.
“Y comieron hasta saciarse; luego recogieron los trozos sobrantes: doce canastos llenos. Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños”
Mateo 5,3
“Bienaventurados los pobres de espíritu”
Como dicen los jóvenes de ahora: ¿QUÉ NO HAS ENTENDIDO?
Juan Antonio Montes Paniagua
Presidente delegado de Manos Unidas
Diócesis de Getafe