Las obras en servicio de Dios y en favor de los pobres nunca se pierden por falta de dinero; se pierden por falta de espíritu.
Después de las vacaciones, y con energías renovadas, nos proponemos comenzar un nuevo curso escolar y lo que nos toca es mostrar a los colegios, institutos, universidades y parroquias la oferta educativa y los materiales que proponemos en Manos Unidas con el objetivo de sensibilizar a los más jóvenes de nuestra sociedad en favor de las personas más pobres de nuestro mundo.
De este modo profesores y catequistas lo podrán incluir en sus programaciones anuales.
La Iglesia nunca se olvida de los pobres de acá, ni de los de allá. Y ha hecho una opción preferencial por los más desfavorecidos.
El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Manos Unidas sabe de lo que somos capaces si unimos nuestros esfuerzos y gracias a ello hemos llevado a buen fin miles de proyectos de desarrollo a lo largo de nuestra historia que han beneficiado a millones de personas. Estos…si han sido posibles.
El que tiene lo bastante para poder hacer el bien a otros, es rico. La mayoría de nosotros somos ricos. Los voluntarios, socios, colaboradores y simpatizantes… somos ricos.
Y tú ¿Qué piensas hacer con tus riquezas: dinero, tiempo, etc.?
En la adversidad muchas personas no disponen nada más que con la esperanza: esperan que el mundo rico recapacite y comprenda que en el mundo hay suficientes recursos y alimentos para acabar con el hambre; que los bienes de este mundo han de ser distribuidos con justicia. Que mientras no haya justicia no puede haber paz. No nos piden limosnas, nos piden justicia.
En las adversidades salen a luz las virtudes, personales y sociales. Pongámoslas a trabajar.
Un nuevo curso comienza para todos, también para los voluntarios.
Pongamos al servicio de los demás nuestros talentos…el mundo cambiará si tú comienzas hoy.
Todo cambio social ha de comenzar por cambios individuales. Así, si es posible mejorar el mundo en el que vivimos.
¡Ánimo! En nuestras manos está mejorar la vida de los más desfavorecidos.
Necesitamos para ello tus manos (para trabajar) tus pies (para llegar a todos) tu palabra (para sensibilizar) tu ejemplo de vida…para ser creíbles.
Un fuerte abrazo en Cristo Jesús a través de los brazos maternales de María.
Juan Antonio Montes Paniagua
Presidente delegado de Manos Unidas
Diócesis de Getafe