Entrevista a Paloma Fernández Arias, periodista de la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Getafe.

¿Desde cuándo trabajas como periodista para la Iglesia Católica y especialmente para la Diócesis de Getafe?

Mi trabajo como periodista al servicio de la Iglesia comenzó cuando empecé a trabajar en la Delegación de Medios de Comunicación del Obispado, concretamente en noviembre de 1996, así que he cumplido mis bodas de plata como periodista de esta institución. Después de licenciarme había trabajado en radio y en televisión pero en el mundo de la actualidad y de la cultura, pero no de la religión.

¿Cuáles son tus tareas fundamentales en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Getafe?

Muy variadas. Desde enviar notas de prensa y hablar con los medios de comunicación, a actualizar la web, preparar y locutar los programas de radio diocesanos en la Cope, escribir para la revista, revisar la distribución… organizar eventos informativos y en general dar a conocer toda la labor de parroquias, grupos, delegaciones, movimientos… y del obispo de Getafe.

¿Has visto mucho cambio a lo largo de estos años en el trabajo que realizas?

Muchísimo. Cuando entré en la Delegación teníamos una revista de ocho páginas en blanco y negro, no existía la página web, ni los programas de radio. Las notas de prensa se mandaban por fax…, en estos años hemos dado un gran impulso a la Delegación. Más colaboradores, más tecnología y mejor uso, renovación de los contenidos. Hemos ganado en calidad y en cantidad. La primera página web tuve que hacerla yo con la ayuda de un informático de la Diócesis de Madrid que se trasladaba hasta Getafe para enseñarme y de un sacerdote que “picaba” texto conmigo durante horas.  Después, la página se ha renovado varias veces y seguirá renovándose para adaptarse a la demanda de los usuarios. También cambió la revista, se rediseñó y está en continuo crecimiento. En la actualidad tiene 24 páginas, pero quién sabe en el futuro…

Ser periodista de la Iglesia Católica en tu caso ¿Es una profesión, una vocación, las dos cosas o ninguna?

Las dos cosas. Vocación, profesión y añadiría, que sobre todo es un servicio. Ser periodista, comunicar, es lo que siempre quise hacer y, dar a conocer lo que uno cree, lo que uno es, es un regalo enorme. Además, siempre con el objetivo no solo de informar sino de hacer el bien, de ayudar a otros. La comunicación en la Iglesia es un modo de evangelizar, de comunicar a Cristo.

¿Qué diferencia existe entre un periodista de prensa, radio, TV, comerciales y un periodista para un medio de la Iglesia católica?

El mensaje que transmites. El periodista de la Iglesia puede trabajar en cualquier medio, y debe estar preparado como el que más para ello, pero sin perder de vista el mensaje que transmite, que al final es Jesucristo y todo lo que hace a través de la Iglesia y de sus hijos que somos nosotros.

¿Qué características tendría que tener un periodista católico?

Ante todo ser un profesional preparado y, además, debería creer en lo que está comunicando y ser coherente en su manera de vivir con aquello en lo que cree. Lo cual no quiere decir que sea un perfecto cristiano. No. Pero sí que viva su fe. Y después, tener mucha paciencia, don de gentes y diplomacia, no perder los nervios, no ser radical, ser empático…

¿Qué te gustaría hacer como periodista que no hayas hecho?

Muchas cosas: pasar unos días junto al Papa Francisco para hablar con tranquilidad, conocerle, charlar sobre la situación mundial y sobre todo de España; viajar a países en vías de desarrollo para conocer algunos proyectos de la Diócesis, como los de Manos Unidas en India o en Uganda, por ejemplo, o la labor de los misioneros diocesanos en Chile, Etiopía o Mozambique… y poder contarlo todo en algún programa de televisión compartiendo todo el bien que hace la Iglesia cada día  ¡hay tantas cosas!

¿Ser mujer te ayuda o te dificulta el trabajar en un obispado?

Yo diría que si eres buena profesional no importa si eres mujer u hombre. A lo mejor a la hora de moverte en las celebraciones y hacer fotos, se ve más a una mujer que a un hombre y me consta que a algunos todavía les puede chocar. Pero, poco a poco, si lo haces con discreción todos se acostumbran. Hay más mujeres que hombres en la Iglesia y también en el mundo del periodismo, así que no queda más remedio que acostumbrarse. Ayuda también tener mano izquierda y ser amable a la hora de tratar a las personas.

¿Tienes libertad para elegir los contenidos que publicas?

Tengo libertad para sugerir y proponer los contenidos, porque la decisión final de publicarlos es del Delegado de Medios de Comunicación, quien también carga con la responsabilidad de lo publicado.

¿Cómo tratas de vivir la sinodalidad desde el periodismo?

Dando cobertura y atención a todas las realidades de la Iglesia, sirviendo a la comunicación de la mejor manera posible. Se trata de caminar juntos y para mí esta Delegación nace con una vocación de servicio a las demás, para ayudar, para acompañar. Estamos aquí para ser el altavoz de los que no tienen voz, (o tienen poca) y llegar al mayor número de personas posibles.

¿Ha habido más luces o más sombras en estos 25 años? ¿Con qué acontecimientos vividos te quedarías?

Muchas más luces desde luego.  Gracias a este trabajo he podido vivir de cerca grandes acontecimientos de la vida de la Iglesia, como la llegada de san Juan Pablo II en la JMJ de 2003, el 25 aniversario de la Diócesis, la renovación de la Consagración de España al Corazón de Jesús, el Jubileo de los periodistas en Roma, las misas de las familias en Colón, la Gran Misión Diocesana, el Congreso de Evangelización,  el nombramiento de D. Joaquín como obispo de Getafe y después el de D. José como auxiliar y ahora el de D. Ginés… y en cuanto a las sombras, destacaría la escasa o nula promoción profesional que existe en mi trabajo y sobre todo, la muerte inesperada del primer obispo, D. Francisco José Pérez y Fernández Golfín, que nos conmocionó a todos y nos dejó “un poco huérfanos”.

¿Eres consciente del gran público al que te diriges y la influencia positiva o negativa que puedes tener respecto a ese público objetivo?

Soy consciente de que como periodista y más como periodista al servicio de la Iglesia tengo una responsabilidad y me exijo dar lo mejor profesionalmente y personalmente cada día… pero, gracias a Dios, no suelo pensar en que sea muchísima gente la que lea lo que escribo o escuche lo que digo.

¿Cuál es tu macro visión de la Diócesis de Getafe? ¿Qué ventajas, oportunidades, amenazas, dificultades, futuro, etc, le ves a esta Diócesis?

Yo miro a la Diócesis con esperanza en el presente y en el futuro. Tenemos mucha población joven, mucha inmigración deseando integrarse y trabajar. Hay niños, hay ancianos y hay muchas familias y sobre todo hay parroquias vivas, que acompañan a la gente, que la ayudan, que están a su servicio a través de las distintas áreas de pastoral, Cáritas, Migraciones, Obrera, Salud. Es una tierra de oportunidades para los que quieran trabajar por la evangelización. Los ataques, o las amenazas, vienen desde las leyes injustas en contra de la vida o de la familia, de la asignatura de Religión… y ahí está la Iglesia para alzar la voz y defender lo justo, lo bueno, el mensaje de Cristo.

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