Como todos los años terminamos la jornada con una comida de fraternidad de misioneros y voluntarios de nuestra Delegación.
Tuvo lugar en el comedor de casa Nazaret, y fue preparada por nuestras voluntarias, colaborando todos para que resultase un acto de convivencia y compartir.
Al finalizar los misioneros nos hablaron de sus experiencias, y nos dieron su testimonio de vida y compartir con los más pobres