Con el lema COMPARTE LO QUE IMPORTA, nuestra campaña número 59 muestra un teléfono móvil con forma de regadera, una herramienta cotidiana que se utiliza para transformar el paisaje árido de un país del Sur en un frondoso huerto familiar con pozos de agua y árboles de mangos, berenjenas, tomates, pimientos y coliflores. El texto que acompaña al lema y al diseño gráfico es una invitación a que nos sumemos a la lucha de Manos Unidas, a que nos interesemos por las causas del hambre y a que hablemos de ello con nuestros amigos. Y a descubrir los proyectos de desarrollo que se realizan en América, Asia y África gracias a tantísimas personas. El texto es, también, una invitación a seguir colaborando, con aportaciones económicas o mediante el voluntariado. Compartamos lo importante para acabar con el hambre en el mundo, comprometámonos con Manos Unidas.
Este año queremos compartir propuestas de cambio para un mundo más justo. Eso permitirá que todos podamos beneficiarnos de esa inmensa riqueza para sumarnos de una manera decisiva y eficaz en la lucha contra el hambre y la pobreza, no dejando a nadie atrás. Al final, compartir bienes y compartir experiencias de cambio se convierten en las dos caras de una misma moneda: la imperiosa necesidad de humanizar la vida de millones de seres humanos que siguen subsistiendo en condiciones inaceptables.
a) Alternativas de producción
B) Alternativas de consumo
Ha habido importantes campañas de denuncia, tanto a nivel europeo como nacional, dirigidas a evitar que las entidades financieras oferten productos financieros que incluyan alimentos básicos. El resultado es muy alentador porque muchas entidades bancarias están abandonando progresivamente las inversiones en los mercados financieros vinculados a productos básicos alimentarios.
Manos Unidas apoya un modelo productivo sostenible que busca integrar la producción agrícola y el cuidado del medio ambiente, y donde el protagonismo recaiga en las familias campesinas. Además, impulsamos la producción de alimentos para el consumo local, la venta de excedentes preferentemente en el mercado local, la educación en la sostenibilidad y
la denuncia de las causas estructurales de la producción agrícola insostenible. Queremos hacer visible nuestra participación en las campañas «Si cuidas el planeta, combates la pobreza», dentro de la iniciativa Enlázate por la Justicia, junto a Cáritas, Justicia y Paz, REDES y CONfER, y «Cambiemos por el planeta-Cuidemos a las personas» con la Alianza Internacional de Organizaciones Católicas de Desarrollo (CIDSE).
Mostraremos experiencias en torno a la pérdida y desperdicio de alimentos y denunciaremos su impacto tanto en los países empobrecidos como en España. Como dijo el papa francisco en la Sede del Programa Mundial de Alimentos, el consumismo de nuestras sociedades «nos ha inducido a acostumbrarnos a lo superfluo y al desperdicio cotidiano de alimento, al cual a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va más allá de los meros datos económicos. Pero nos hará bien recordar que el alimento que se desecha es como si se robara de la mesa del pobre, del que tiene hambre. Esta realidad nos pide reflexionar sobre el problema de la pérdida y del desperdicio del alimento a fin de identificar vías y modos que, afrontando seriamente tal problemática, sean vehículo de solidaridad y de compartición con los más necesitados».