Cuando la Navidad asoma ya a las puertas de nuestros hogares, recibimos el mensaje que Monseñor Aguirre, obispo de Bangassou, en la doliente República Centroafricana, que recorre, en un camino imaginario, esos lugares del mundo en los que, probablemente, será dificil que este año se enciendan las luces de Navidad: el mar Mediterráneo, Siria, Turquía, Argelia, Sudán del Sur, Nigeria, la Republica Centroafricana, la vieja Europa, cargada de individualismo y golpeada también por la maza del terrorismo... Un trayecto que mueve a la reflexión y que monseñor Aguirre transita "mustitando Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo".
"Paso mis yemas por las aguas del Mar Mediterráneo y pienso en aquellos a los que les toque estar pasando sus negruras en la noche del 24. Navidades negras. Ahora que nuestro Mar se ha convertido en cementerio para más de 5.000 personas, sus aguas ya no son tan azules, sus olas traen presagios de tristeza y la sal de su vientre se ha vuelto sosa. La muerte acecha allí cada día".
"(...) Propongo que en cada hogar se deje un espacio vacío en recuerdo de tanta pobre gente, que ha perdido la vida tan cerca de nuestras playas y tan lejos de nuestros corazones".
"(...) Mi dedo se aleja hacia el Líbano y luego a Siria, a Alepo… ¿qué navidades van a vivir allí? Los hermanos maristas tenían un orfanato en el barrio ocupado por la guerrilla. Navidades heroicas. Los hombres de la Cruz Blanca (musulmanes) no dan abasto con sus ambulancias para sacar gente de entre los escombros, niños desfigurados, familias desmembradas...".
"(...) Bajo mi dedo, descabalgo el mágico desierto de Argelia (navidades de arena), de Tamanrasset lleno a reventar hasta ayer de gente apresada en ciudades argelinas y devueltas manu militari en autobuses a la linde del desierto para que se pudran allí: navidades sin alma, navidades de vergüenza ajena...".
"(...) Dejo la Argelia del hermanito Carlos de Faucault (¡un siglo de su martirio!) y pongo la yema (y me quemo) en el norte de Nigeria sobre los miles de personas sometidas por el Boko Haram, niñas raptadas, pueblos carbonizados por el horror".
"(...) En Centroáfrica serán navidades calientes. Grupos rebeldes musulmanes se baten entre ellos desde hace semanas. Guerra por el poder, por el control de la guerrilla. Con el Insha Alláh en la boca, nada más se acercan los unos a los otros saltan chispas. Navidades tensas, cargadas de miedo y de violencia, de obuses y de metralla, que traen su aliento fétido hasta las puertas de Bangassou".
"(...) Navidades cainitas en Sudán del Sur (hay 10.000 sudaneses huyendo de la guerra en mi diócesis), o en Yemen donde el 4 de marzo pasado, milicias chiitas radicales asesinaron a 4 misioneras de la Caridad. Navidades tristes en casa de la misionera catalana Isabel Solá, asesinada también ella en Haití el pasado 2 de septiembre. Navidades de gozo y esperanza en los millones de "buenas gentes" repartida por el mundo...".