Desde que el pasado jueves el huracán Matthew arrasara gran parte de la isla de Haití, sumiendo en el caos y el horror a un pueblo que todavía intenta recuperarse de las consecuencias del terremoto de 2010, Manos Unidas ha estado en contacto permanente con sus socios locales en el país caribeño para, entre todos, estudiar y decidir de qué manera nuestra colaboración puede resultar más efectiva ante esta emergencia.
“Manos Unidas va a concentrar su apoyo en los departamentos fronterizos a la zona del desastre, que también se han visto muy afectados por el paso de Matthew. Aquí es donde van a empezar a llegar, desplazadas, miles de personas en busca de ayuda”, señala Lucas Bolado, responsable de proyectos de Manos Unidas en Haití. “Estas personas que lo han perdido todo y los habitantes de las barriadas más pobres de Puerto Príncipe, serán prioritarios en la recepción de nuestro apoyo”.
Haití es un país que vive una emergencia permanente en el que Manos Unidas trabaja desde hace casi 40 años. “Estamos en Haití ahora, igual que lo estuvimos en el pasado y lo estaremos en el futuro”, asegura Bolado. “Nos quedaremos allí mientras nos necesiten”.
En estos momentos, Manos Unidas está estudiando solicitudes de ayuda médica de emergencia de algunos centros sanitarios localizados en el departamento de l’Ouest, colindante con la zona más afectada, en los que trabaja la ONG, que ya están recibiendo desplazados.
Al margen de las consecuencias inmediatas, Manos Unidas señala como especialmente preocupante la pérdida de cosechas e infraestructura productiva, que podría conducir a una grave emergencia alimentaria en los próximos meses. Asimismo, es más que previsible un rebrote del cólera, que, pese a que todavía no podía darse por controlado, parecía estar frenando su expansión en los últimos tiempos. “A medio plazo, incidiremos en programas de apoyo a la producción y de contención del cólera”, informa el responsable de proyectos de Manos Unidas en Haití.
Haití depende por completo de la ayuda humanitaria. En el último año la sequía ha sido recurrente, el sistema sanitario está al límite. “Las necesidades en el país son brutales”, asegura Bolado, por eso “Manos Unidas no va a abandonar ninguna zona del país”.