Si queremos acabar con el hambre, es urgente, entre otras cosas, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se produce lo suficiente para alimentar a casi el doble de la población mundial actual. Pero, a pesar de ello, 825 millones de personas sufren hambre: si esta cifra sigue creciendo podría alcanzar los 1.000 millones en 2030
En 2022, Manos Unidas aprobó 110 proyectos destinados a garantizar el derecho a la alimentación para poder hacer frente a las necesidades diarias de las personas apoyadas.