"El agua y la mujer", carta del misionero Iván Oropeza (México)

Carta de un misionero indígena mexicano

Iván Oropeza, misionero indígena mexicano que estuvo con nosotros en la campaña el pasado febrero, nos ha enviado esta preciosa carta sobre el agua y la mujer. La compartimos con vosotros, de manera que podamos enriquecernos de este pensamiento que viene de otra cultura, de otro continente, pero que no es diferente a nosotros.

 

Escribir en torno a la relación del agua y la mujer es bastante especial. En el mè’phàà[1] de Malinaltepec estas dos palabras son pequeñas en número de letras (/à’gò/ ‘mujer’ e /iya/ ‘agua’), pero con una carga de significado muy grande. En la fonología de la lengua son dos palabras idénticas en el sentido de igualdad del peso moraíco. Otro hecho muy importante, y del cual me percaté al estar elaborando este texto, es que estas palabras no tienen un contraste tonal. Son únicas dentro de la lengua. Esta lengua, al ser una lengua tonal, todas las palabras cambian de significado con el simple hecho de cambiar de tono, pero estas son del pequeño grupo de palabras que tienen bien definido su tono.

Son dos sustantivos que tienen la similitud de ser dadores de vida. El agua es el líquido que nos da vida, y la mujer es la que nos da la vida. En la cultura mè’phàà se considera que la tierra es la madre y es la que nos da todo lo existente sobre de ella. Por tal motivo, cuando una persona va a ingerir agua para saciar su sed, tiene que verter el líquido formando una cruz en el suelo en forma de cruz a la madre tierra. Esto es como forma de agradecimiento a la madre tierra por darnos la vida.

La cuestión de los pueblos indígenas de México de considerar a la tierra como la madre y dadora de vida lamentablemente no se refleja con el trato que otorgamos[2] a la mujer, ya que queda relegada a actividades propias del hogar. La cultura patriarcal que impera en el país le niega el derecho de participación en diversos ámbitos políticos, sociales, etc... en una igualdad de oportunidades.

Como sociedad tenemos la obligación de trabajar en la concientización del respeto e igualdad para la mujer. La mujer, al igual que el agua, son los que otorgan la vida al planeta y a lo que en el habita.

Cuidar la mujer y cuidar el agua son trabajos y tareas que deben estar presentes en nuestro día a día dentro de la sociedad que formamos parte.

 
[1] El mè’phàà es una de las 68 agrupaciones lingüísticas que todavía sobreviven en México. Las personas que hablan esta lengua (no dialecto) son aproximadamente 120,000. Habitan mayoritariamente en una de las regiones sociopolíticas del estado de Guerrero, México.
[2] Menciono la forma en plural porque formo parte de dichas culturas. En el Centro de Estudios Ecuménicos A. C. trabajamos en la promoción de la igualdad de derechos a través de programas como el ‘feminismo comunitario’.

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