A nivel mundial, las mujeres propietarias de tierras agrícolas son solo el 13%*
La mujer en África es el motor económico de la familia y la sociedad en la que vive: es responsable de sustentar a la familia, realizar las labores domésticas y la educación de sus hijos y, además, contribuye económicamente al núcleo familiar con trabajos mal remunerados. Con datos, esto supone que la mujer produce el 80% de los alimentos del país y sustenta a más del 40% de las familias.
Es por esto que cada vez con más fuerza, ellas reclaman su lugar en una sociedad patriarcal que no la tiene en cuenta, y se esfuerza para que su voz se escuche por igual. Y gracias a esto, existe una mayor visibilidad de la mujer en la política; Ruanda es el primer país del mundo con mayoría de representación femenina en el Parlamento, con un 61% de escaños.
Manos Unidas lleva muchos años poniendo en marcha proyectos de desarrollo, programas de formación e iniciativas de sensibilización para fomentar la autonomía y el valor de las mujeres en este continente.
Conoce a Fanta y a tantos otros que, gracias a la ayuda de tantos que colaboran con nosotros, podemos enseñarles proyectos para mejorar la calidad de vida de los pueblos y alrededores y que ellos lo transmitan a su entorno.
"Porque ahora, después de estos cuatro años de trabajo en los que tanto he aprendido, puedo decir bien alto que los hombres y mujeres tiene los mismos derechos. Y las mujeres a las que hemos enseñado y acompañado también los saben."
Las Religiosas de María Inmaculada no han querido abandonar Mali y han trabajado durante muchos años entregando su vida para ayudar a las mujeres a ser reconocidas socialmente y que ellas mismas sean conscientes de su valor y su lugar en su entorno. Se trata de una escuela de enfermeras de prestigio dirigida por mujeres y para mujeres en las que forman a unas 240 alumnas cada año en salud pública y atención materno-infantil. Esto les permite tener un mayor acceso al mundo laboral y mejorar su situación económica y social.
Este fue un proyecto de microcréditos para ayudar a las mujeres a garantizar la alimentación en su familia, salvando el comercio de productos básicos de su población. Así, pusieron en marcha distintas actividades como la elaboración de pan, zumo de piña, jabones o plantaciones comunitarias en las que ganaban unos ingresos que podían invertir en el núcleo familiar.
Las cosas están cambiando, y poco a poco la mujer va asentando su lugar en la sociedad, de manera que sus derechos y su dignidad se ven reconocidos en mayor medida cada vez. Nosotros no nos cansaremos de intentar cambiar el mundo, ¿y tú? Ayúdanos, y sé el cambio que el mundo necesita.
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