Manos Unidas Valencia celebró el viernes 28 de septiembre la sexta edición de la tradicional cena de hambre junto con la Fundación ONCE a las 20 horas, en la Sede de la ONCE, ubicada en la Gran Vía Ramón y Cajal 13 de Valencia.
“Con una cena austera nos acercamos a los que pasan hambre habitualmente” recordó Ana Ruiz, delegada de Manos Unidas Valencia, además destacó que “821 millones de personas se van a dormir cada día sin tomar los nutrientes suficientes para llevar una vida sana”.
Ana agradeció a los asistentes su participación en una celebración que describió como “esperanzadora pues nuestras aportaciones hacen posible la realización de proyectos de desarrollo con los que se abre un futuro de esperanza” y dio la enhorabuena a la ONCE por el 80 aniversario de su fundación.
En esta edición “queremos volver nuestra mirada al proyecto que impulsamos en la India para mejorar la calidad de vida de personas con lepra” indicó Ana. Con el fin de mejorar las perspectivas de futuro de 350 personas que sufren el estigma social asociado a la enfermedad “se ofrecerá formación en ámbitos como la realidad de la lepra, hábitos higiénico-sanitarios, actividades generadoras de ingresos, refuerzo escolar o derechos de los beneficiarios”.
Por su parte, Enrique Llin, Presidente del Consejo Territorial de la ONCE, mostró su entusiasmo por acoger en su sede el evento solidario y por “trabajar juntos en un mismo sentido, trabajamos para luchar contra la desigualdad, venga de donde venga y sea cual sea la causa que la produzca (la discapacidad, la opresión, la explotación, la miseria…) tenemos que combatirla y Manos Unidas es un gran ejemplo, por cómo lo está haciendo desde hace casi 60 años”.
Enrique destacó que “Manos Unidas es una buena prueba de que la solidaridad se puede practicar con éxito” pues la organización “consigue poner en marcha más proyectos”. “Alrededor de 600 cada año, que ayudan al desarrollo de las comunidades más pobres” subrayó Ana Ruiz.
Jose María Taberner, responsable de entidades de Acción Socio-Caritativa de la diócesis de Valencia, invitó a “que nuestros corazones, unidos para celebrar esta tradicional Cena de Hambre, tengan esa mirada del corazón hacia las personas en situación de vulnerabilidad y que están mucho peor que aquí”. Continúo agradeciendo a la ONCE “su sensibilidad, que con la mirada del corazón sabe mirar lo que los ojos de la cara no saben ver.”
Para concluir las intervenciones y dar paso a la cena, Lucía García, joven compañera de la ONCE de 14 años, interpretó tres piezas con su guitarra y deslumbró al público con su chorro de voz.