El hambre y la pobreza son dos realidades muy relacionadas con los daños medioambientales

Manos Unidas Valencia presentación campaña "Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú"
06/02/2020
  • Manos Unidas Valencia presenta la campaña “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú” centrada en denunciar las consecuencias de la crisis climática en millones de personas.
  • La ONG apoya proyectos que ayudan a las comunidades a adaptarse a los cambios medioambientales y climáticos.

Las consecuencias del maltrato al planeta tienen también rostro humano:  el de millones de personas castigadas por el hambre y la pobreza, el de quienes se han visto expulsados de sus territorios ancestrales, el de los que deben emigrar en busca del sustento que la tierra les niega, el de los que enferman a causa de la contaminación de las aguas y de los suelos. Manos Unidas mantiene, desde hace 61 años, su trabajo para acabar con el hambre en el mundo y acompañar a las personas más vulnerables en su camino al desarrollo.

Manos Unidas Valencia ha presentado en el Palacio de Colomina CEU su campaña anual, que se desarrollará bajo el lema “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”.  “Todavía hay 821 millones de personas que pasan hambre, un hecho que escandaliza y que se agrava a consecuencia del cambio climático, entre otros motivos”, ha lamentado Ana Ruiz Ruiz, delegada de Manos Unidas Valencia. La cifra resulta intolerable, comparemos que la población de Europa (50 países) es de 747 millones de habitantes. “La relación entre el hambre y la pobreza con el deterioro del planeta es un hecho que no admite discusión”, ha denunciado Ana Ruiz.

Por su parte, Carmen Puerto Rentero, directora del Palacio de Colomina CEU, quien introdujo la presentación de la campaña “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”, nos recordó la importancia de que la solidaridad forme parte de los centros educativos, y que conviva con las actividades formativas junto con la cultura, el conocimiento y el arte.

Ana Ruiz nos ha recordado que los proyectos de nuestra organización se aprueban en función de las necesidades tal y como nos exponen las contrapartes en sus lugares de origen. Y en los últimos tiempos las necesidades miran hacia los problemas provocados por el cambio climático: “Millones de personas de los países pobres viven de la agricultura, de la ganadería y de la pesca, y si no tienen agua, o el agua está contaminada pierden su medio de vida”. “Es hora de que revisemos nuestro estilo de vida”, ha afirmado la delegada de Manos Unidas en Valencia.3.	Niños entre la basura del basurero del suburbio de Sam Sam en Pikine (Senegal).

​Desde el Congo y Mali

Para dar testimonio sobre el terreno del trabajo de Manos Unidas, contamos con Manuel Fernández García, misionero en la República Democrática del Congo desde hace casi 25 años, tras otros 10 años en los que estuvo en Mali.

Manuel Fernández García, que pertenece a los Padres Blancos / Misioneros de África, desarrolla su labor en el Centro Pedagógico de Estudio y Documentación de la ciudad congoleña de Bunia. Este centro, promovido por Manos Unidas, es mucho más que un lugar de estudio de diferentes niveles educativos: se trata de un punto de encuentro entre etnias para cerrar la brecha que se abrió durante los difíciles años de la guerra interétnica. Su Escuela de Paz devuelve a los niños a su infancia para que dejen atrás los traumas que han sufrido por los años de violencia, de la que han sido testigos y víctimas inocentes. Por medio de películas, teatro, cuentos… consiguen que los niños saquen su dolor y miren al futuro sin miedo.

Al Centro Pedagógico de Bunia, Congo, asisten cada vez más chicas que han accedido a la formación y que tienen la esperanza de poder elegir una vida con más posibilidades que sus madres y sus abuelas.

Motivo de orgullo para el misionero Manuel Fernández es también ver como a este Centro Pedagógico de Bunia asisten cada vez más chicas que han accedido a la formación y que tienen la esperanza de poder elegir una vida con más posibilidades que sus madres y sus abuelas.

Lo que me gusta de Manos Unidas es que no nos da el dinero rapidito, sino que estudia los proyectos y comprueba que la necesidad es real”, ha explicado el misionero. “Es una satisfacción ver que en África se está ayudando a la gente a levantar la cabeza y a poder tomar su destino en sus manos. Cuando llegué a mi destino en Mali a duras penas tenían dinero para su alimentación, porque dependían de las lluvias para sembrar y con los cambios estacionales estaban desesperados, sin saber cuándo trabajar la tierra. Y 10 años después, tras construir pozos y minipantanos tienen cosechas para alimentarse todo el año y hasta pueden comprarse una bicicleta para desplazarse”, afirma Manuel Fernández.

De Manuel Fernández hemos escuchado que “Congo es un país maravilloso, muy rico y en el que no sólo hay cabañas de adobe, sino un pueblo que tiene ilusiones y que gracias al apoyo de Manos Unidas se pueden salir de la pobreza y de la economía de subsistencia”. En el Congo también los cambios en las estaciones de lluvia dejan a los agricultores desconcertados, y una vez más es necesario facilitar a estas personas el acceso al agua limpia mediante pozos y pequeños pantanos. Esto aporta alimentación, salud y el bienestar de no tener que desplazarse acarreando agua a lo largo de kilómetros.

Respecto al cambio climático, defiende el misionero que, si bien la Amazonía es uno de los pulmones de la tierra, el segundo pulmón es la selva centroafricana, y se lamenta de que no nos duelan los incendios y talas de árboles de este segundo pulmón tanto como del primero.

Los cambios en las estaciones de lluvia dejan a los agricultores desconcertados, y es necesario facilitar a estas personas el acceso al agua limpia mediante pozos y pequeños pantanos.

Conversión ecológica

El sacerdote y biólogo, Ferrán Lluch, nos explicó como en el medioambiente todo está conectado y nuestro estilo de vida consumista afecta a otros lugares del planeta. “Si el desierto crece, los agricultores, ganaderos, pescadores… pierden su forma de vida y se ven obligados a migrar”.  Así mismo, Lluch considera que “no podemos pensar que las soluciones están en manos de los políticos, sino que desde las bases, las personas, y a través de grupos intermedios como Manos Unidas, debemos empujar hacia una conversión ecológica cambiando nuestro estilo de vida”.

Incide en el hecho de que los cambios en el planeta no nos afectan a todos por igual, sino que más a los pobres: “si tenemos calor damos al botón del aire acondicionado y si tenemos frío al de la calefacción, y eso agrava más el problema. Los pobres no tienen esos botones. Tampoco se pueden defender bien de que haya más mosquitos que contagian la malaria en zonas que antes eran más frías, o curarse de diarreas por culpa de aguas contaminadas”, ha explicado el sacerdote y biólogo Ferrán Lluch.

 

 

Quien más sufre el maltrato al planeta

Durante la Campaña, Manos Unidas Valencia va a denunciar las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene sobre millones de personas, porque a la crisis climática queremos ponerle rostro humano, el de los más de 1.000 millones de pobres. Las huellas medioambientales del hambre y la pobreza se marcan en forma de contaminación, agotamiento de recursos, destrucción de hábitats y ecosistemas, inundaciones, sequías extremas, desertización y deforestación.

Además de la denuncia y sensibilización que lleva a cabo Manos Unidas en el marco de su trabajo de educación para el desarrollo, apoyamos proyectos que ayudan a las comunidades a adaptarse a los cambios medioambientales y climáticos. Se trata de promover iniciativas que ayuden a quienes se ven obligados a migrar y a dejar atrás su vida, su hogar, su tierra… como consecuencia de la crisis climática.       

Cuál es la respuesta ante estas injusticias

En los Países del Sur mantenemos un compromiso con los pequeños agricultores promoviendo modelos agroecológicos de producción basados en sistemas de emprendimiento familiar a pequeña escala. También apoyamos proyectos para la mejora de la gestión de los recursos naturales a partir de la reforestación con especies locales, aprovechamientos forestales y gestión del agua.

Manos Unidas presta su apoyo a migrantes medioambientales, que se calcula que en el año 2050 alcanzará a 140 millones de personas. Cabe destacar que en estos proyectos se realiza una previsión del impacto medioambiental, con el fin de crear entornos más humanos y saludables.

Fotos: Alberto Saiz (AVAN), Palacio de Colomina CEU y Manos Unidas Valencia.

Manos Unidas Valencia promueve iniciativas que ayudan a quienes se ven obligados a migrar y a dejar atrás su vida, su hogar, su tierra… como consecuencia de la crisis climática.       

 

Manos Unidas Valencia presentación campaña "Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú"
De izquierda a derecha: Ana Ruiz Ruiz, presidenta delegada de Manos Unidas Valencia; Carmen Puerto Rentero, directora del Palacio de Colomina CEU; Manuel Fernández García, Padres Blancos / Misioneros de África; y  Ferrán Lluch, sacerdote y biólogo.
Manos Unidas Valencia presentación campaña "Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú"
Manuel Fernández García, Misioneros de África / Padres Blancos,  durante la presentación de Campaña de Manos Unidas Valencia..
Asistentes a la presentación de campaña de  Manos Unidas Valencia "Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú"
Ferrán Lluch, sacerdote y biólogo durante la presentación de Campaña de Manos Unidas Valencia.
Asistentes a la presentación de campaña de  Manos Unidas Valencia "Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú"

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