La Oficina de Cooperación Internacional al Desarrollo de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado las I Jornadas de Cooperación al Desarrollo, en cuya primera jornada ha participado Sergio Morató, delegado de la Fundación Vicente Ferrer en la Comunidad Valenciana; Carlos Ortega, presidente autonómico de Cruz Roja Española y Ángel Marín, vicepresidente de Manos Unidas Valencia.
El encuentro, que tuvo lugar en la Facultad de Magisterio y Ciencias de la Educación, fue inaugurado por la decana de la facultad Mª Consolación Isart, quien expresó su admiración por nuestra organización, reconociendo que Manos Unidas es la precursora del empoderamiento de la mujer desde hace 62 años.
El vicedelegado de Manos Unidas Valencia, Ángel Marín, recordó el origen de la organización, un grupo de mujeres católicas, fueron las que idearon las campañas del hambre con intención de ayudar a los más desfavorecidos en otros lugares del mundo. Del éxito de ésta iniciativa surgió lo que hoy conocemos como Manos Unidas, una organización que puede presumir de invertir casi el 90% de su recaudación en los proyectos de desarrollo, mientras que sólo el 10% restante es para gastos de personal y estructura. Hay que agradecer a los casi 6.000 voluntarios de la organización a nivel nacional el poder alcanzar los objetivos de luchar contra el hambre y sus causas en los países más pobres.
Ángel Marín llegó al corazón de los asistentes explicando su experiencia personal para decidir ser voluntario, hace ya 23 años. Reconoce una buena experiencia laboral y una vida tranquila, que le hicieron meditar sobre lo que él podía devolver a la sociedad, ¿qué puedo hacer por el mundo? Se preguntó. Y tras explorar posibilidades de cómo contribuir a un mundo más justo, encontró la respuesta en las campañas contra el hambre y se comprometió a hacer voluntariado en Manos Unidas. Tras estos encuentros se llegó a comprometer tanto, que ha sido delegado de Valencia durante dos candidaturas (periodos de 3 años) y actualmente es responsable de Cofinanciación.
Durante su Viaje de Formación, que fue a Bolivia, le cambió la forma de ver a los desfavorecidos al presenciar la generosidad de los que menos tienen: “adoptas un compromiso de por vida. Conoces lo que es la verdadera necesidad y aprendes a relativizar ciertos problemas, porque sueltas lastre de todo lo que menos necesitas”.
Para Ángel, en Manos Unidas “trabajamos con personas a las que vemos como hermanos, entendiendo que todos merecemos las mismas oportunidades. Porque como decía San Pablo, hay mayor felicidad en el dar que en recibir".
El presidente de cooperación de Cruz Roja, Carlos Ortega, y miembro de las unidades de emergencia internacionales en Asia, África y América, comentó la dificultad de poner en práctica planes de acción cuando se cuenta con recursos y tiempos limitados. Eficiencia y eficacia son sus lemas para trabajar en las situaciones límite a las que se enfrentan, como guerras y desastres de grandes magnitudes.
Explicó en ejemplo de Indonesia, donde trabajan con sociedades aisladas a la que no llega la información y es difícil comunicar los riesgos que les acechan. Una vez se encuentran en el lugar del desastre tienen tres objetivos: salvar vidas, evaluar la necesidad y la recuperación que permita dar medios de vida futuros. Todo esto requiere mucha organización para no duplicar esfuerzos.
Respecto a la pandemia del Covid-19 ha sido “la mayor operación de emergencia del movimiento internacional de la Cruz Roja”. “Hay todavía muchas sociedades donde la información no llega y hay que explicar de dónde viene la enfermedad, como ocurrió con el ébola en África en 2014”, añadió Ortega. “Con el Covi-19 nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo”.
El delegado de la Fundación Vicente Ferrer, Sergio Moratón, comentó que todas las acciones de su organización se llevan a cabo en zonas concretas de India, donde hay muchas desigualdades. Se trata de un país con más de 1.350 millones de habitantes, de los que prácticamente la mitad viven de la agricultura, en unas tierras que en muchas ocasiones son áridas y dan poco rendimiento. A esto hay que añadir el problema del tradicional sistema de castas indio, y ellos se esfuerzan en hacer ver que cada ser humano merece el mismo respeto y dignidad que los demás.
El objetivo de esta Fundación es construir una sociedad donde no haya pobreza y se instaure un sistema social de igualdad. Para conseguirlo, ayudan a potenciar el rendimiento de las cosechas, a construir viviendas dignas, colegios y hospitales. En 52 años que lleva la Fundación trabajando, más de tres millones de personas han recibido ayuda, han conseguido estabilizar la población, mantener sistemas de agua y generar un sistema de elección sobre las viviendas construidas. Se pasó de una tasa de escolarización femenina del 2% al 98% actual, se han creado asociaciones de mujeres que crean sentimiento de comunidad y las hacen sentir valiosas como individuos.
Con el tema del covid también las mujeres se pusieron a coser mascarillas que donaron a todos los que las necesitaban, sin distinción. Estos son los cambios que transforman sociedades.
En definitiva, los ponentes han puesto de manifiesto la importancia de la solidaridad, y la transformación de las sociedades gracias al esfuerzo de muchas personas.
Agradecemos a la Universidad Católica de Valencia haber contado con Manos Unidas para participar en estas jornadas.