Las voluntarias de Bellreguard se pusieron a cocinar para un mercadillo solidario. Además, de lo que ellas hicieron, recibieron los dulces de personas del pueblo que aumentaron la oferta con calidad y cantidad de productos elaborados de forma artesanal.
Podían encontrarse, de dulce: cocas de almendra, chocolate, naranja, calabaza, moka... Y de salado: cocas de tomate, pimiento, cebolla, de morcilla, de espinacas, de higos…. En fin, había una gran variedad para que todo el mundo encontrará algo a su gusto.
Y así fue, porque tuvieron mucho éxito, lo que agradecen a la gente del pueblo.
Hay muchas formas de ser solidarios y apoyar los proyectos de Manos Unidas, las compañeras de Bellreguard y sus vecinos han puesto en marcha una manera atractiva de mejorar las vidas de los hermanos más necesitados en África, Asia y América del Sur.
Gracias a todos por hacerlo posible.