Un ambiente de alegría reinó en la Cena del Hambre de la comarcal de Cárcer, celebrada con motivo del arranque de la Campaña 64 de Manos Unidas.
Fue su primera cena presencial después de la pandemia y tuvieron una buena asistencia con alrededor de 60 personas. El menú fue el tradicional, austero, de pan con aceite, agua y una naranja como fruta.
El padre Miquel Amat explicó su experiencia misionera en Perú y Honduras, la realidad de las gentes que viven en estos países pobres y lo que hacen los seminaristas. Finalmente invitó a reflexionar sobre nuestro apoyo a las causas justas y animó a ser misioneros a todos los presentes aunque fuera en la distancia. Resultó una charla muy bien acogida por los comensales de esta cena benéfica.
Tuvo lugar una rifa que permitió incrementar los donativos destinados a ayudar a los hermanos más necesitados.
Agradecen desde la comarcal de Cárcer el apoyo prestado por todos, entre ellos, los jóvenes de confirmación que colocaron las mesas.
Terminó el acto con la lectura de una oración por parte de la responsable comarcal, Magda Perucho.
