Esta cena austera a base de pan, aceite y una pieza de fruta tiene el objetivo de solidarizarse con los 815 millones de personas que pasan hambre en el mundo. Además, el importe de la cena se destina a los proyectos de desarrollo de Manos Unidas.
Eladio Seco, delegado de Manos Unidas Valencia animó a los asistentes a tomar conciencia de esta realidad, “son datos que nos repelen, que no nos gusta oír, pero hay que repetirlos para que sepamos en qué mundo estamos y que hagamos lo posible para cambiarlo”.
Asimismo, recordó que Manos Unidas apoya a dos millones de personas al año a través de 600 proyectos de cooperación con el objetivo principal de disminuir el hambre en el mundo y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta.
“Estamos muy lejos de conseguir acabar con el hambre. Todos podemos hacer más, pero está en nuestras manos concienciar a todos para saber que todos podemos hacer algo para que este mundo sea mejor, y en eso trabaja Manos Unidas”.
Monseñor Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, resaltó que es muy importante estar organizados, trabajar bien, y que es necesario plantarle cara al hambre, destacando que “para todo eso es muy importante la actitud”.
“A nosotros trabajar en Manos Unidas nos hace felices y tiene que notarse en nuestro rostro, en los gestos, en la amabilidad, la empatía, en la sonrisa y en la alegría. Eso conquista corazones y es éxito seguro porque nos acerca a los demás” concluyó monseñor Arturo Ros.
Esta sexta edición de la cena fue presentada por Manu Lajarín, reportero de À Punt y de programas como Espejo Público o Teleobjetivo. Además, la agrupación Cor Madrigal de Benifaió amenizó la velada con un repertorio de canciones de alrededor del mundo.
Un grupo de 60 jóvenes ayudó con el montaje de las mesas y las sillas para transformar la plaza en un comedor improvisado. Como otros años, son varias las empresas que han colaborado donando sus productos y servicios de manera desinteresada.
Con la campaña “Comparte lo que importa” Manos Unidas de Valencia impulsa 18 proyectos de desarrollo en países como India, Haití, Jordania o República Democrática del Congo entre otros, con más de 54.000 beneficiarios directos.
Durante la cena se proyectaron spots de Manos Unidas de estos últimos tres años, pues cierra un trienio de trabajo que ha profundizado en las causas del hambre y sus posibles soluciones, casi 60 años después de que las fundadoras de Manos Unidas decidieran “declarar la guerra al hambre”.
Para Manos Unidas, solucionar esta lacra pasa por acompañar a los más pobres, reforzar el derecho a la alimentación de los pequeños productores, contribuir al cambio hacia unos sistemas alimentarios más justos y educar para una vida solidaria y sostenible.