Siguiendo con el informe anual de la ONU, “el hambre está aumentando en muchos países en los que el crecimiento económico está estancado, en particular en los países de ingresos medianos y en los que dependen en gran medida del comercio internacional de productos básicos”. Así mismo, la ONU denuncia que la desigualdad de ingresos está creciendo en muchos de los países donde aumenta el hambre, de manera que se complica la situación para las personas vulnerables y marginadas a la hora de enfrentarse a la recesión económica.
La ONU propone “fomentar una transformación estructural inclusiva y favorable a los pobres, centrada en las personas y en las comunidades, para reducir la vulnerabilidad económica y encaminarnos hacia la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición”.
En el continente africano se presenta el peor escenario: sus tasas de hambre son las más altas del mundo, y siguen en tendencia ascendente. Concretamente, en África Oriental cerca de un tercio de la población está subalimentada debido a muchos factores: el clima, los conflictos y la crisis económica.
En cuanto a Asia, cuenta con la mayor cantidad de personas subalimentadas, esto es, más de 500 millones, sobre todo en los países del sur del continente.
La suma de África y Asia “soportan la mayor parte de todas las formas de malnutrición, ya que cuentan con más de nueve de cada diez niños con retraso en el crecimiento y más de nueve de cada diez niños con emaciación en todo el mundo. En Asia Meridional y en el África Subsahariana, uno de cada tres niños padece de retraso en el crecimiento”, explica el informe de la ONU.
Este último informe introduce un indicador que mide la inseguridad alimentaria moderada o grave, basado en datos obtenidos de las personas sobre su acceso a los alimentos en los últimos doce meses. “Las personas que experimentan una inseguridad alimentaria moderada se enfrentan a la incertidumbre sobre su capacidad para obtener alimentos y han tenido que reducir la calidad y/o cantidad de alimentos que consumen para sobrevivir”, profundiza el estudio.
Estima la ONU que más de 2.000 millones de personas no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes. Esta circunstancia supone también un reto para países de ingresos altos, entre los que se encuentra el 8 % de la población de América del Norte y Europa.
Estos datos llevan a la ONU a la conclusión de que “es imprescindible una profunda transformación de los sistemas alimentarios para proporcionar dietas saludables producidas de manera sostenible a una población mundial en crecimiento”.
Personas hambrientas en el mundo en 2018
- Asia - África - América Latina y el Caribe |
821,6 millones (1 de cada 9 personas) - 513,9 millones - 256,1 millones - 42,5 millones |
Personas con inseguridad alimentaria moderada o grave |
2.000 millones (26,4%) |
Bebés con bajo peso al nacer |
20,5 millones (uno de cada siete) |
Niños menores de 5 años afectados por el retraso en el crecimiento (baja estatura para la edad) |
148,9 millones (21,9%) |
Niños menores de 5 años afectados por emaciación (bajo peso para la estatura) |
49,5 millones (7,3%) |
Niños menores de 5 años con sobrepeso (peso elevado para la estatura) |
40 millones (5,9%) |
Niños y adolescentes en edad escolar con sobrepeso |
338 millones |
Adultos obesos |
672 millones (13% o 1 de cada 8 adultos) |