La delegación comarcal de Oliva celebró su cena del hambre con el tradicional menú austero: “pa i oli”, agua y una naranja. Los asistentes pudieron escuchar las palabras que les dirigió la representante comarcal de Manos Unidas Valencia, así como el párroco y un diácono que narró su experiencia en misiones con su familia, compuesta por 11 hijos nada menos. Estuvieron 7 años en Costa Rica y explicó como transcurrieron aquellos tiempos. Resultó muy del agrado de los asistentes.
Para amenizar la velada cantó un grupo de la parroquia, lo que contribuyó a mejorar aún más el buen ambiente.
Por otra parte, se organizó también un mercadillo solidario en el que se ofrecían buñuelos, calabazas asadas y diferentes dulces. Tuvieron muy buena acogida.
Se agradece la visita que realizó la alcaldesa a este mercadillo benéfico.
Gracias a todos los que han hecho posible estas actividades que contribuyen a mejorar la vida de los más pobres del planeta.