En 2016, Manos Unidas inició un plan de trabajo a tres años con el objetivo de “plantarle cara al hambre” y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta.
Luchar contra el hambre es nuestra misión porque el hambre no es una fatalidad o un destino irreparable para muchas personas. El hambre es resultado de la injusticia. Así lo afirmaba el papa Juan Pablo II en la encíclica Sollicitudo Rei Socialis: “Una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo consiste precisamente en esto: en que son relativamente pocos los que poseen mucho, y muchos los que no poseen casi nada. Es la injusticia de la mala distribución de los bienes y servicios destinados originalmente a todos”.
Durante 2018, y con el lema “Comparte lo que importa”, en Manos Unidas continuaremos trabajando para poner en común experiencias, iniciativas y propuestas que nos ayuden a vivir la solidaridad.
Seguiremos plantando cara al hambre con buenas semillas que hagan crecer una vida más justa y fraterna; semillas en forma de recursos, capacidades, responsabilidades y solidaridad. Continuaremos plantando cara al hambre a través de nuestro compromiso con la reducción del despilfarro alimentario y con una producción agrícola destinada al consumo humano, sostenible y responsable. Asimismo, este año queremos dar un paso más y proponer alternativas de desarrollo sostenible que nos permitan avanzar en la erradicación del hambre en el mundo.