El pasado mes de diciembre, un grupo de periodistas viajó a Benín para sumergirse, durante algo más de una semana, en la realidad menos conocida del país africano. En Cotonou, capital económica de Benín, y en ParaKou, los representantes de los medios de comunicación fueron testigos del trabajo que Manos Unidas y sus socios locales llevan a cabo para acompañar, proteger y dotar de oportunidades a los niños y niñas víctimas de la trata y la explotación, de los embarazos adolescentes y del matrimonio infantil.
Al norte del país, en el departamento de Borgou, donde se localiza la misión católica de Fô-Bouré, el equipo, formado por María García Castelo y Miguel A. de la Fuente, de informativos de TVE; Laura Ramírez, redactora de sociedad de Europa Press; Nicolás Castellano, reportero de la Cadena SER y Fran Murcia, representante del Diario de Almeria (Grupo Joly de Andalucía), pudo comprobar cómo las mujeres han encontrado su lugar en la familia y en la comunidad gracias a los programas de animación y formación, que se imparten en las comunidades, y a la puesta en marcha de diversas cooperativas, que con los años, son ya autosostenibles.
En esta misma zona, los periodistas conocieron los testimonios de personas para quienes el acceso a la energía, que se ha conseguido gracias a los peroyectos que apoya Manos Unidas, ha supuesto una antes y un después en sus vidas.
Situación de la infancia
En Benin, un gran número de niños sufre maltrato físico, psicológico y verbal de forma continuada y en las escuelas y centros de formación profesional, los castigos físicos y la violencia verbal están muy extendidos. Según un estudio del Ministerio de Familia en la enseñanza preescolar y primaria en 2009, un 88,1% de niñas menores de 18 años fueron víctimas, al menos una vez, de violencia física y un 1,4% de niñas entre 2-14 años víctimas de violencia sexual, ejercida por los profesores. Un 65 por ciento de los menores reconoció haber sido víctima de violencia física o verbal fuera de la escuela.
La violencia de tipo sexual también está muy extendida, incluso con niños y niñas de muy corta edad. Los casos de abuso sexual son más frecuentes en el medio urbano (12%) que en medio rural (7%).
Abusos, embarazos adolescentes y matrimonio precoz
En Benín, el 34% de las jóvenes menores de 18 años y el 8% de las menores de 15 años están casadas, Además, al menos el 23% de las niñas confiesa haber sufrido algún tipo de violencia sexual. La tradición, la extrema pobreza y la ignorancia de las consecuencias del matrimonio precoz son algunos de los factores que explican e, incluso justifican, el matrimonio de niños en Benín.
En 2015, el Parlamento benínés aprobó el nuevo Código del menor (Code de l’enfant) que, entre otras cuestiones, pone fin a la impunidad de los matrimonios infantiles y juveniles y desarrolla líneas de actuación para sensibilizar sobre el tema y trabajar con las comunidades y las familias para terminar con esta práctica.
Mujeres productoras y cooperativas autosostenibles
En Fô-Bouré la actividad económica principal para las mujeres es machacar las piedras en la cantera hasta convertirlas en granito, en jornadas laborales maratonianas, que comienzan a las ocho de la mañana y no acaban hasta las seis de la tarde. Aunque el día empieza aún antes, a las cinco, con las labores de la casa. Durante años en Fô- Bouré se han puesto en marcha diferentes grupos de animadores que imparten, en las diferentes comunidades de la zona, programas de derechos básicos dirigidos a la mujer: salud, higiene nutrición básica, derechos humanos…, que han tenido grandes resultados y provocado cambios sustanciales en los estilos de vida y costumbres. Además, las mujeres se reúnen en diferentes cooperativas (13 de transformación del karité, 5 descascarilladoras de arroz, 7 molinos de cereal, 2 de cría de animales y 1 huerto).
Falta de acceso a la energía: agua y electricidad
En Benín, la población sigue teniendo un acceso escaso a la electricidad (sólo un 34,1% de hogares del país), con una tasa de electrificación el 24% en el plano nacional, frente al 51% en el medio urbano y el 2% en el medio rural, no ha experimentado grandes cambios desde 2003.
El acceso al agua potable es también una de las asignaturas pendientes en Benín, principalmente en la zona rural. Del consumo de agua en mal estado, derivan muchas de las enfermedades que aquejan a la población y merman, entre otras, su capacidad productiva. Además, las mujeres y niñas, encargadas generalmente de la recogida de agua, deben caminar kilómetros hasta las fuentes de agua no tratadas, lo que supone una considerable pérdida de horas al día, además de aumentar la exposición a abusos y violencia.