Mujeres de la Casamance: huertas de calidad y mejora nutricional con apoyo de Manos Unidas y la Unión Europea

Título del proyecto: Facilitar la producción hortícola femenina de calidad y su integración en la nutrición familiar en las comunidades rurales de los municipios de Djibidione y Suelle. Costo del proyecto: 440.000€ (aporte de la UE: 330.000€; aporte de Manos Unidas:110.000€) Duración: 30 meses (febrero 2015-julio 2017)

El proyecto se desarrolla en la región de la Baja Casamance, concretamente en la comarca de Sindián, norte del departamento de Bignona, región de Ziguinchor. Esta región, al sur del país y aislada de éste por Gambia, posee abundantes lluvias y variedad de suelos, dedicados los más fértiles al arroz, y los de menor fertilidad al mijo y cacahuete. La Casamance, antes una de las regiones más prósperas del país, se encuentra plenamente afectada por un conflicto separatista desde hace más de 30 años, lo que afecta tanto a la economía y movilidad de las poblaciones beneficiarias del proyecto como a las posibilidades de inversión del Estado en temas de desarrollo agrario o turismo. La emigración es fuerte en la zona y las comunidades implicadas son algunas de las más pobres de Ziguinchor. No obstante, diferentes proyectos estatales e internacionales de desarrollo están permitiendo una cierta recuperación económica y el retorno paulatino de la población desplazada.

En este contexto, el proyecto ha buscado mejorar la situación socioeconómica y la seguridad alimentaria y nutricional de los hogares más pobres -con especial atención a las mujeres, niños y niñas, que son quienes suelen permanecer en la zona- mediante acciones productivas que pudieran ser gestionadas directamente por las mujeres y cuyos beneficios económicos revirtieran directamente en ellas. La iniciativa contempla dos ejes de trabajo:

  • El aumento de la producción y la calidad de los productos hortícolas, por medio de la mejora de las infraestructuras y equipos de transformación de huertos colectivos, la dotación variada de semillas seleccionadas, uso de la fertilización orgánica, dotación de agua en los huertos con bombas solares… Así, la venta de estos productos hortícolas genera ingresos para las mujeres y aumenta el autoconsumo de hortalizas en los hogares, con lo que mejora la nutrición en las familias implicadas y en la población de la zona.
  • La creación y fortalecimiento de los Grupos de Producción Femeninos encargados de la producción y gestión de los huertos, su sensibilización, formación y acompañamiento en la producción hortícola, la capacitación de las mujeres en gestión contable y financiera de la actividad de su grupo, la transformación y conservación de productos hortícolas y comercialización… Todo ello les permite mantener y mejorar esta nueva actividad económica y social tras la finalización del proyecto.

El proyecto se ha desarrollado con éxito gracias a nuestro socio local, la Asociación CPAS, con gran experiencia en la zona en proyectos similares, y gracias al conocimiento de la región del otro socio facilitador -la Asociación AFUDES- y a la coordinación de ambos con los actores públicos locales.

La mayor parte de las 27 comunidades participantes en este proyecto, recibieron anteriormente un primer impulso gracias a un Convenio ejecutado entre Manos Unidas, los socios citados y la AECID. El proyecto UE ha consolidado esos primeros pasos y ha impulsado la sostenibilidad de las acciones iniciadas, en sinergia con otras acciones en marcha de Manos Unidas y AECID en municipios colindantes.

Todo ello nos permite afirmar, tal y como expresa la evaluación externa realizada, que este proyecto de la UE y Manos Unidas ha sido exitoso y ha tenido un claro impacto positivo en las mujeres y en sus familias de esta región de Senegal.

Entre los principales logros destacamos que las 27 comunidades disponen de agua permanente y en abundancia para el riego de los huertos colectivos, gracias a la instalación de paneles fotovoltaicos para el bombeo del agua de los pozos de cada huerto, lo que ha sustituido las anteriores bombas de gasóleo, más caras y contaminantes. Se ha aumentado la disponibilidad diaria de agua acumulada para el riego, mediante la instalación de depósitos y la profundización de 4 pozos, aumentando el caudal existente y evitando así cuellos de botella en los riegos. El bombeo solar y los nuevos depósitos han permitido a las mujeres un gran ahorro de tiempo, lo que les permite, como ellas mismas expresan, dedicarlo a otras actividades económicas y familiares. Además, ha supuesto un ahorro en las cotizaciones que las mujeres hacían para el gasóleo, aumentando así sus ingresos y su motivación hacia la producción hortícola.

Por otro lado, los campos se han vallado para evitar el paso de animales y se ha ampliado un 21 % la superficie cultivada en el 75 % de las huertas, y se espera que siga incrementándose a lo largo de 2017.

Respecto a las actividades de capacitación, 252 mujeres se han formado en técnicas de producción y cultivo hortícola, riego y abonado natural, identificación y tratamiento biológico de enfermedades y plagas, técnicas de trasformación y conservación (mermeladas, siropes, encurtidos…), generando así capacidades para obtener más ingresos a través de la venta.

La producción también ha mejorado sustancialmente, aumentando un 23 % desde la campaña 2013/14 hasta la de 2015/16, con una producción media anual de 11,8 tn/hectárea. Antes del proyecto, las mujeres cultivaban pocas variedades (cebolla, guindilla, «bissap») y en la actualidad producen, transforman y venden al menos 17 productos diferentes como tomate, col, lechuga, jaxatu, pimientos, berenjena, gombo, patatas, pepino, patatas dulces, zanahoria, remolachas, judías verdes…

Las mujeres dividen la superficie total de cada huerto en planchas homogéneas donde cada mujer gestiona sus planchas y siembra en función de lo aprendido durante la capacitación y según las preferencias familiares y para venta. Esto les permite cultivar según sus prioridades y teniendo en consideración los consejos de los técnicos agrícolas.

Un factor de éxito y de motivación para las mujeres ha sido el aumento de sus ingresos gracias a la venta individual o conjunta de los productos obtenidos, pasando de un ingreso medio por mujer de 92.640 francos Fcfa (141€) en la campaña 2013/14 a 147.105 Fcfa (224€) en la 2015/16. Además, el autoconsumo familiar de verduras producidas en la huerta ha supuesto un ahorro extra medio anual por mujer de 40.701 FCFA (62€).

Una amplia encuesta realizada a 800 mujeres en el marco del proyecto, ha permitido constatar los avances significativos a todos los niveles: aumento de la seguridad alimentaria de las 27 poblaciones, cambios muy positivos en los hábitos alimentarios familiares (dietas más atractivas y variadas) y una mejora nutricional de las familias. Asimismo, las mujeres son más independientes de los esposos gracias a los altos ingresos obtenidos y son más valoradas en las reuniones comunales, lo que representa cambios positivos en los roles tradicionales de género en los hogares.

Como elementos a reforzar, señalamos la necesidad de mejorar la comercialización y aumentar los conocimientos de las mujeres en aspectos productivos, pero la sinergia existente con otro proyecto de Manos Unidas en la zona permitirá impulsar estos aspectos.

Con todo ello, nuestros socios y la población local constatan que los resultados del proyecto están contribuyendo a fortalecer la cohesión social y el desarrollo socioeconómico de las comunidades, asentando en el territorio a muchas personas que antes emigraban y aportando a la construcción de paz en la región.

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