El deber de asistir a quienes más lo necesitan

El pasado mes de mayo, la segunda ola de coronavirus llevó a la India a una situación desesperada. Las calles convertidas en depósitos de cadáveres y las piras funerarias ardiendo día y noche en los lugares más insospechados, daban cuenta de la magnitud de una emergencia que, aunque abandonó pronto las portadas de los medios, sigue aún presente en las vidas de millones de personas a las que la pandemia ha sumido en la más absoluta pobreza.

Desde entonces, Manos Unidas no ha dejado de apoyar proyectos de emergencia en el país asiático, el primero en el que trabajó la ONG hace ya casi 63 años y donde cuenta con una red de socios locales de total confianza. A lo largo de estos meses, nos han hablado de carencias y necesidades extremas, en unas comunicaciones en las que, todavía hoy, se trasluce la angustia y la desesperación por no poder asistir como quisieran a una población para la que sobrevivir a esta pandemia está resultando casi heroico.

Como coordinador de proyectos de Manos Unidas en Asia, Ramón Álvarez se ha encargado de supervisar, junto a su equipo, las múltiples peticiones de ayuda que se han recibido y que han ido variando durante estos meses. «Al principio –relata–, parte de nuestro apoyo se dirigió a paliar las carencias médicas, acrecentadas por un sistema sanitario colapsado y, literalmente, ahogado por la falta de oxígeno y de respiradores. Para ello, aprobamos proyectos para mejorar el servicio de los hospitales como generadores de oxígeno, camas de UCI, respiradores o monitores…».

Poco después, desde las aldeas más remotas y desde los slums –los suburbios más pobres de las ciudades–, Manos Unidas fue recibiendo peticiones de ayuda destinadas, fundamentalmente, a proveer de kits de alimentos y productos sanitarios a las familias más empobrecidas. «El confinamiento, las cuarentenas, la falta de trabajo para los jornaleros, el regreso de los trabajadores migrantes a sus aldeas… han hecho imperativo el reparto de comida y productos de primera necesidad para evitar una desgracia aún mayor entre los sectores de población más vulnerables», asegura Álvarez.

Además de las graves consecuencias sanitarias, la pandemia ha llevado a cientos de miles de personas a la pobreza y ha acrecentado las necesidades de otros cientos de millones, para quienes, antes del coronavirus, la lucha por la supervivencia diaria era ya un camino plagado de obstáculos.

* Hasta ahora, Manos Unidas ha aprobado ya 30 proyectos de emergencia, por importe de casi 637.000 euros, destinados a paliar las consecuencias de la segunda ola de la pandemia de coronavirus en la población más vulnerable de India.

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