En Mozambique —y, en menor medida, en Malaui y Zimbabue— no va ser fácil olvidar la primavera de 2019. En esos días, los vientos huracanados y las lluvias torrenciales que trajeron consigo los devastadores ciclones Idai y Kenneth, dejaron a su paso un reguero de muerte y destrucción.
Idai desató toda su fuerza en Mozambique, donde las víctimas mortales se contaban por miles y los daños en edificios e infraestructuras fueron incalculables, debido también a las incesantes lluvias torrenciales de los días sucesivos. En Malaui y Zimbabue, donde Idai llegó transformado ya en tormenta, las inundaciones causaron decenas de muertos y muy considerables daños. En Manos Unidas recibimos con gran preocupación y tristeza las noticias provenientes de unos países en los que llevamos trabajando décadas. «Al tratarse de tres de los países más pobres del mundo, para nosotros es prioritaria la cooperación con ellos. De hecho, Manos Unidas es una de las pocas ONG españolas que está presente en los tres países afectados», explicaba Beatriz Hernáez, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en África Austral, al conocer la noticia que, desgraciadamente, pasó bastante desapercibida para los medios de comunicación españoles. Aun con grandes dificultades por los daños en las infraestructuras de comunicación, nuestros socios locales, en su mayor parte congregaciones religiosas, nos informaron de lo dantesco de la situación. «Las edificaciones que aguantaron se habían convertido en refugio de cientos de familias que lo habían perdido todo. Y en la ciudad todo era un caos: no había farolas, los árboles bloqueaban las calles, y las tiendas y mercados estaban cerrados», relata Beatriz Hernáez. «De igual modo, los proyectos que apoyamos en la zona centro de Mozambique, la más afectada por el paso de Idai, sufrieron graves destrozos: infraestructuras destruidas, huertos inundados, colegios impracticables… Y la posterior llegada del Kenneth, en abril, fue desastrosa, también, en el noroeste de Mozambique. ¡Cuánta ayuda se va a necesitar!», lamenta. En Manos Unidas abrimos en marzo una cuenta de emergencia para dar respuesta a las peticiones de ayuda que recibimos desde las zonas afectadas, con la vista puesta, asimismo, en las labores de reconstrucción, tan necesarias una vez superada la primera emergencia. A fecha de 9 de mayo, se habían enviado a Mozambique y Malaui 208.304 € para apoyar a más de 27.000 personas pertenecientes a los sectores más vulnerables de una población que, mayoritariamente, padece altos índices de pobreza. Repartida en siete partidas, la ayuda humanitaria consistió, fundamentalmente, en la entrega de kits básicos de alimentación e higiene, potabilizadoras de agua y lonas plásticas para guarecerse destinadas a las personas que habían perdido sus casas. Pero la emergencia no termina con la ayuda humanitaria. A 9 de mayo, Manos Unidas había recaudado un total de 479.750 € que se están destinando íntegramente a reconstruir las vidas y el futuro de unas familias que lo han perdido todo. Esa reconstrucción es para nosotros una prioridad y un imperativo