São Felix de Araguaia es una región donde se dan grandes tensiones entre latifundistas dedicados a la cría extensiva de ganado bovino y soja, asentados (campesinos con tierras) e indígenas.
La población vive en unas condiciones de vida muy precarias, con una gran desigualdad y una sobreexplotación de los recursos.
Los campesinos solo tienen unas cuantas cabezas de ganado o cultivan la mandioca, utilizando frecuentemente las quemas de selva para conseguir tierras nuevas, pero no logran salir de la pobreza.
No existen carreteras asfaltadas y pocos tienen energía eléctrica, saneamiento o agua potable.
Manos Unidas colabora con la Asociación de Educación y Asistencia Social Nuestra Señora de la Asunción y los campesinos de la zona, promoviendo una estrategia global que permita conservar la selva y mejorar los ingresos, el desarrollo local, la soberanía alimentaria y la adaptación a la sequía y las temperaturas extremas causadas por la gran deforestación.
Para ello se han puesto en marcha actividades de preparación, siembra y producción de especies nativas en áreas degradadas, así como la formación y divulgación de técnicas agroecológicas entre los agricultores.