Nuestra colaboración con Chetanalaya comenzó hace más de 20 años con iniciativas de desarrollo destinadas a la población que habita los suburbios marginales de Delhi. Nuestra presencia en India, país en el que Manos Unidas apoyó el primer proyecto de su historia, sigue siendo necesaria a pesar de los avances.
Chetanalaya es el órgano oficial de desarrollo de la Archidiócesis de Delhi. Comenzó a funcionar hace 35 años con el fin de promover la justicia social y la igualdad, al servicio de las personas más pobres y marginadas. La estrategia de trabajo para conseguir estos objetivos es el empoderamiento de las personas a las que apoyan a través de la formación de grupos de ahorro y crédito, así como proyectos de alfabetización y promoción de la salud. Estas líneas de trabajo tienen un enfoque participativo, de animación y concienciación de los beneficiarios, para que sean ellos mismos los protagonistas y responsables de su propio desarrollo. Manos Unidas y Chetanalaya iniciaron su colaboración hace más de 20 años con iniciativas de desarrollo fundamentadas en el fortalecimiento de las capacidades de la población, especialmente de los descastados y tribales que viven en los suburbios marginales de Delhi. El hambre y la sequía, así como la escasez de medios y oportunidades provocan la emigración de miles de personas de la zona rural a las grandes ciudades en busca de mejores condiciones de vida. En el caso de Delhi, esto ha provocado que la población haya pasado de dos millones en 1947 a más de 14 en la actualidad. De este total, el 45 % habita en barrios deprimidos que han crecido de forma descontrolada. El Gobierno se ha visto sobrepasado y ha sido incapaz de abordar las necesidades de infraestructura de estos grupos de población, que viven hacinados y carecen de condiciones básicas. Trabajan como jornaleros en mercados y zonas industriales y reciben unos salarios ínfimos, insuficientes para mantener a familias de hasta diez miembros. La fuerza de las mujeres organizadas Ante esta situación y con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de estas comunidades, Manos Unidas y Chetanalaya tienen en ejecución varios programas en diferentes núcleos urbanos de Delhi. En ellos, incentivamos el papel de la mujer como motor de desarrollo, a través de la creación de grupos o mahila mandals, asociaciones de mujeres en las que se ofrece formación en cuestiones de liderazgo, higiene, hábitos de salud, cuidados pre y post natales y nutrición equilibrada. Con el tiempo, estos grupos se van transformando en grupos de ahorro y crédito, que facilitan préstamos de manera rotativa entre sus miembros para poner en marcha actividades generadoras de ingresos. A lo largo de los años, más de 12.000 mujeres han iniciado pequeños negocios con los que han logrado mejorar la vida de sus familias. Paralelamente, hacemos frente a las carencias educativas mediante la creación de centros de alfabetización y educación no formal, formación profesional, grupos de jóvenes, guarderías y clases de apoyo, etc. Conforme estas iniciativas se consolidan, el nivel de concienciación alcanzado es lo suficientemente elevado para que los propios grupos de mujeres coordinen y organicen las distintas actividades y continúen trabajando de forma autosuficiente por el desarrollo de sus familias y comunidades, convirtiéndose así en agentes del cambio del que ya estamos siendo testigos. Y, mientras sea necesario, seguiremos acompañando a estas mujeres a través de organizaciones como Chetanalaya para promover su derecho a una vida digna.