Nº total de proyectos: 12
Total invertido: 421.671 €
Marzo de 2019. Los vientos huracanados y las lluvias torrenciales que trae consigo el ciclón Idai dejan tras de sí un país –Mozambique– parcialmente devastado y más de un millón de damnificados. El fenómeno tiene importantes consecuencias también en Malaui y Zimbabue y arrasa a su paso campos, viviendas e infraestructuras, convirtiéndose en la mayor tragedia natural que se recuerda en el hemisferio sur.
Idai acaba con la vida de cientos de personas y deja con la ropa que llevaban puesta, literalmente, a otros muchos miles. Sin embargo, el ciclón pasa muy desapercibido en el resto del mundo y no consigue abrirse el mismo paso en los medios de comunicación que otros desastres naturales ocurridos en otros países. «Quizá sea porque no ha habido tantos muertos o porque África no interesa», comenta con tristeza un misionero de visita en la sede de Manos Unidas.
Pocos días después del paso de Idai, cuando se comienzan a recibir los primeros testimonios que dan cuenta de la magnitud del desastre, Manos Unidas responde a las peticiones de ayuda con la apertura de una cuenta de emergencia que se destina a canalizar la solidaridad de los españoles deseosos de ayudar a la población damnificada.
Diciembre de 2019. Han pasado nueve meses desde que Idai –y, posteriormente, el ciclón Kenneth– sembraran el caos en el sudeste de África y la huella de la devastación es aún visible. Durante este tiempo Manos Unidas y sus socios locales en el terreno han llevado a cabo una gran labor para paliar las consecuencias de la tragedia. Pero, aunque el trabajo ha sido grande, todavía queda mucho por hacer.
En Manos Unidas seguimos respondiendo a las peticiones de ayuda recibidas desde Mozambique, Malaui y Zimbabue, los países más afectados por el paso de Idai y Kenneth. El momento de la «pura emergencia» pasa relativamente pronto, luego hay que atender a las muchas y variadas labores de reconstrucción. «Lo principal es devolver la seguridad y la tan necesaria rutina a las personas que, de la noche a la mañana, lo han perdido todo», apunta Beatriz Hernáez, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en África austral. «Los niños deben volver a la escuela cuanto antes y los adultos recuperar sus quehaceres diarios para dejar atrás la pesadilla vivida y afrontar el futuro con esperanza», añade.
A día de hoy, en la cuenta de emergencia se habían recaudado 497.713 euros, de los cuales 421.671 euros se han destinado ya a la financiación de doce proyectos de emergencia y reconstrucción. «Siete de estos proyectos se destinaron a la ayuda de emergencia pura y dura: lonas, plásticos para guarecerse, mantas, kits de medicinas y de limpieza, alimentos, agua y pastillas potabilizadoras, y los cinco restantes se han dedicado a las labores de reconstrucción de las infraestructuras y los edificios dañados, entre ellos, escuelas, internados y centros sanitarios», explica Beatriz Hernáez. «Además, tenemos algún otro proyecto en estudio», asegura.
Manos Unidas seguirá caminando junto a los que menos tienen en Mozambique, Malaui y Zimbabue, como viene haciendo desde hace décadas y como hará mientras sea necesario.