La pobreza y la vulnerabilidad no abandonan a la mayor parte de la población de Haití, el país más pobre de América, inmerso en una grave crisis política y socioeconómica y sacudido, periódicamente, por desastres naturales que causan un enorme dolor a la población y que resultan aún más dañinos por la precariedad de las construcciones y las infraestructuras.
El último temblor, de magnitud 7,2 en la escala Richter, sacudió al país caribeño el sábado 14 de agosto y llevó la muerte y la destrucción a la Región Sur del país.
Manos Unidas se puso inmediatamente en contacto con sus socios locales que, desbordados y aún en shock, trabajaban para evaluar los daños y establecer los procedimientos a seguir. Lucas Bolado, coordinador de proyectos de Manos Unidas en Haití, explicaba la situación: «Por suerte, se trata de una zona poco poblada y, al ser sábado, los colegios y muchos otros edificios estaban cerrados; si no, estaríamos hablando de un desastre mucho mayor, dada la magnitud del terremoto». Aun así, los daños han sido gravísimos en una región que está todavía recuperándose de las consecuencias del paso del huracán Matthew en 2016. «Nosotros trabajamos en la zona con socios locales de total confianza, que nos in-forman de las necesidades más inmediatas de la población: elementos de primera necesidad como agua, productos de higiene, refugio, mantas, comida o medicamentos», describe Bolado.
Tras el temblor, Manos Unidas puso a disposición 200.000 euros de su fondo de emergencias para dar respuesta a las necesidades más urgentes y abrió una cuenta para canalizar la solidaridad de las muchas personas que se pusieron en contacto con nosotros para saber cómo podían ayudar.
«No nos vamos a olvidar de Haití. Llevamos trabajando allí con proyectos de desarrollo desde hace más de 40 años. Estuvimos presentes desde el primer momento tras el terremoto de 2010, volvimos a estarlo tras el paso del huracán Matthew y ahora lo estamos de nuevo, porque el pueblo de Haití nos necesita. Gracias a nuestros socios locales y a su experiencia y profesionalidad, el dinero que enviamos es empleado para socorrer a quienes más lo necesitan», asegura Lucas Bolado l
Manos Unidas ha apoyado proyectos de emergencia en Haití por un importe cercano a 350.000 euros para asistir a la población más afectada.