Este proyecto se sitúa en Vohemar, al norte de Madagascar.
El 95 % de la población se dedica a la agricultura de subsistencia y sufre especialmente las consecuencias del cambio climático que está destruyendo sus ecosistemas, reduciendo las lluvias y aumentando la vulnerabilidad de las comunidades.
A esto se suma la escasez de tierras cultivables, la falta de medios y la práctica de la quema anual de los campos.
Además, carecen de recursos y servicios básicos en salud, educación, infraestructuras y acceso al agua potable.
La diócesis de Antananarivo solicitó ayuda a Manos Unidas para poner en marcha un proyecto que incorporara un planteamiento ecológico y social.
La iniciativa consiste en formar a los profesores de seis escuelas en ecología y reforestación y que sus alumnos tomen conciencia y pongan en práctica los conocimientos adquiridos a través de su participación en los viveros creados en cada escuela, así como en actividades de reforestación.
Asimismo, se ha mejorado el entorno mediante la limpieza de las escuelas y la renovación de las aulas donde se imparte la formación de los 3.303 alumnos que participan en el proyecto.