Al nordeste de la India, los jóvenes de las aldeas muestran como combatir la malaria. Un mensaje que trasmiten a la comunidad tribal a través de ancestrales danzas. Bailes llenos de colorido con una vigorosa selva como telón de fondo. Manos Unidas trabaja en terreno, desde el año 2012, en materia de educación y formación sanitaria e higiénica.
En épocas de cosecha, tras el monzón, el índice de malaria aumenta entre los campesinos. La danza se utiliza como programa de concienciación en las aisladas zonas rurales. Incluso por carretera, las aldeas permanecen incomunicadas. Se accede a pie por caminos de barro y piedras. El sonido de los tambores y el intenso olor a incienso sirve de guia al occidental. Los tribales, en semicírculo, dan la bienvenida a los voluntarios de la ONGD. Pieles curtidas por el sol, llamativos saris y una multitud de niños es la fotografía capturada por nuestras cámaras.
Las danzas tribales sensibilizan a los asistentes de tan místico espectáculo. Promover el uso de mosquiteras es parte del mensaje. Una danza de pies descalzos para tomar conciencia del peligro del paludismo. Bailar al son de las buenas prácticas sanitarias e higiénicas es esencial para evitar la picadura del tan temido mosquito Anopheles. Un insecto que acecha y se camufla entre miles de insectos al sobrevolar las plantaciones de cacahuete o arroz.
Para evitar la mortalidad Manos Unidas impulsa programas educativos en materia de prevención. La formación, la atención sanitaria, el uso de microscopios o la adecuada administración de plantas medicinales forman parte del diagnóstico y tratamiento.
Los curanderos, a través de antiguas tradiciones, recurren al ritual de raíces y hierbas, como sí de Alquimia se tratase, para tratar la fiebre. Los rostros de estos sabios ancianos dan testimonio del paso del tiempo, de una cultura milenaria.
La comunidad permanece entregada a la representación y los voluntarios también lo hacemos gracias a la melodía de un baile que enseña a su público como combatir y evitar que la enfermedad sea endémica en la zona.
Rosa Toullis- Comunicación