“Recen por mí y por los misioneros y misioneras que están fuera de su país"
El sacerdote Miguel Taboada fue misionero en Brasil durante ocho intensos años. La primera etapa de Ministerio marcó profundamente su historia. Él mismo lo recuerda como “una luna de miel de dos años y medio en Sao Paulo”; “lo que yo he recibido ha sido mucho mas de lo que yo he dado”, exclama.
Miguel formó a nuevos misioneros en Brasil; hecho que para él “fue una escuela continua”. Colaboró, además, en la revista Javeriana y en Redes sociales, como comunicador, formando parte del equipo de redacción de la web www.xaverianos.org.br. El joven misionero realizó estas tareas 2.0 como herramienta de evangelización, sin dejar de estar en contacto con la gente. Luchar contra la pobreza también fue posible a través de Internet.
“En los últimos 50 años se morían los niños por diarréa o deshidratación”
El sacerdote javeriano explica: “Dentro de la Iglesia teníamos algunas iniciativas, que se aproximan desde una realidad de Manos Unidas, como Pastoral de Crianza”; "intentar reducir la mortalidad infantil” es el cometido, explica, y continúa subrayando la importancia de la “Campaña de formación de lideres mujeres, ya que, ellas pasan el conocimiento a otras madres”.
“En Brasil existe miseria, en América Latina los contrastes son terribles; existen personas muy ricas y personas muy pobres”, atestigua. “Una realidad de marginalización, de explotación sobre todo del joven que tiene trabajo muy precario”. “Cuando yo llegué a Brasil el salario mínimo era mas o menos de 140 euros”, alarma. La droga “acaba con el futuro, con el sueño de la juventud”; “destruye el cerebro y las familias”, exclama con tristeza.
Las favelas: “Es complicado para la gente vivir allí, pero a los misioneros nos respetan mucho”
“Nosotros vivimos en una burbúja, muy protegidos”. “El hecho de que tus propios vecinos te pidan dos euros para pagar una deuda o una medicina te hace mucho daño al corazón”, recuerda. “Hacer caridad no es fácil; damos gracias a Dios por Organizaciones como Manos Unidas que ayudan a construir un futuro mejor para las personas desde dentro”, manifiesta.
“En estos años en Brasil me dediqué a intentar borrar algunas deficiencias, errores”
Actualmente trabaja en España intentando “contagiar del espíritu de una Iglesia viva, de esperanza, solidaria, que quiere ser misionera”. El sacerdote afirma: "Yo no tengo que buscar solo mi felicidad, mi bienestar, sino la felicidad del mundo entero”. Al servicio de Dios y de los mas jóvenes, ahora, aquí, en España”.
“Creo que la iglesia con el Papa Francisco esta viviendo un momento muy especial, muy bonito”, dice sonriendo. El sacerdote que nunca dejará de ser misionero desea “derribar las fronteras de la desigualdad para que todos podamos ser protagonistas en este Reino de Dios que nos acoge”.
“Después de unos años en Brasil me encanté con África”
Miguel Taboada nos relata la historia de un misionero indígena brasileño y recuerda que muchos nativos “han desaparecido”. Con este testimonio quiere “dar la vuelta a la historia, dar la vuelta a una historia de corrupción, de esclavitud”; indígenas que están “desprotegidos y se sienten violados en sus derechos”. “A Brasil llegaron mas de 5 millones de esclavos africanos. Brasil es un continente muy africano”, exclama, y dice: “Tengo una hermana misionera en Etiopía con un proyecto de Manos Unidas y mi hermana me ha contagiado de ese mal de África. Mi sueño es ír a África y a la tercera edad volver a Brasil”.
El misionero se despide de esta entrevista con este bonito deseo: “Me gustaría morir entre el pueblo brasileño que fue mi primer amor"
Rosa Toullis - Comunicación