El efecto invernadero se consigue en las cocinas solares por medio de cristales o de plásticos transparentes, que permiten que los rayos solares penetren a través de ellos e incidan en las superficies negras de las ollas, transformándose los rayos ultravioletas en infrarrojos de longitudes de onda más grandes, de tal modo que no pueden atravesar otra vez la barrera del cristal o del plástico y quedan atrapados en el interior de la cocina o del horno solar, ayudando así al calentamiento.
En algunas cocinas ese efecto invernadero se consigue empleando bolsas de plástico que envuelven las ollas o cacerolas y que hay que evitar toquen las superficies calientes, ya que si las rozan se producen fundiciones del plástico, dando lugar a agujeros por los que se escapa el calor.
También, en muchos casos, cuando se precisa añadir algún condimento o simplemente conocer el estado del guiso, es preciso desenfundar y volver a enfundar la bolsa, maniobra entorpecedora y frecuentemente origen de contactos del plástico con la superficie caliente de la olla, con las consiguientes formaciones de agujeros. Llega un día en que hay que desechar el plástico por este motivo y utilizar otro nuevo.
Como hemos dicho, los cristales se usan en las cocinas y hornos solares para evitar que el calor se disipe y para producir el efecto invernadero, por lo tanto un frasco de cristal transparente producirá dicho efecto si en su interior existe una superficie negra y así ocurre…La tapa del frasco debe ser también negra, pensé…Y se podrá sustituir las ollas, cacerolas, etc.
Después de tres años de ensayos con diferentes cocinas solares, todas de las más económicas y abiertas, llegué a las conclusiones siguientes: