Hola, mi nombre es Wuet Wuen, tengo 28 años y vivo con mi marido y mi hijo de 3 años en Camboya, en la comunidad de Roká, cerca de Battambang, al oeste del país. En casa tengo un pequeño huerto que siempre he intentado cultivar, pero nunca se me ha dado bien y sacaba muy poco. En casa nunca había suficiente comida y el niño se enfermaba constantemente.
Hace un año conocí a unas personas de una ONG camboyana, PADEK, que me dieron la oportunidad de participar en un proyecto de Manos Unidas. Yo nunca había tenido una oportunidad así. Nos han enseñado técnicas de cultivo, nos han traído nuevas semillas y materiales para plantar el huerto, hemos visitado los huertos de otros campesinos que saben cultivar muy bien y que son capaces de garantizar la alimentación de sus familias con lo que ellos cultivan… Nuestra vida ha cambiado por completo: ahora planto pimientos, pepinos, chiles, judías, berenjenas, espinacas de agua, acelgas y hierbas que uso en la cocina, como el cilantro.
Todas las plantas se dan muy bien y ahora sí sacamos lo suficiente para la alimentación de nuestra familia y hasta para vender en el mercado del pueblo todas las semanas. Trabajo todos los días en el huerto, mientras mi marido se va a trabajar al arrozal o a la provincia de al lado de la nuestra, en la temporada de cosecha de yuca y batata.
Como tengo el huerto en casa, puedo cuidar de mis padres, que ya son mayores y de mi hijo, Sophai, que ya tiene 3 años y es muy revoltoso. Me gusta mucho trabajar en el huerto y compartir mis experiencias con las otras personas que también participan en el proyecto. Siento que somos como una gran familia y que todas hemos unido nuestras manos, manos unidas, y puesto algo para que este proyecto salga adelante.