Los derechos humanos son derechos que tenemos todas las personas por el mero hecho de existir. Y todos, sin discriminación, deberíamos tener los mismos, y que todos fueran garantizados. Sin embargo, en muchos lugares, muchas personas vean como les son arrebatados cada día, poniendo en peligro su existencia.
Nosotros hemos podido comprobar cómo es el trabajo de Manos Unidas en algunos de sus proyectos, en distintas partes del mundo, para evitar que eso siga pasando, en concreto, en proyectos en Burkina Faso, República de Benín y Líbano.
En el último proyecto que visitamos con ellos, vimos de cerca una de las realidades que, quizá, sea la que está más presente en las noticias: un proyecto de acogida de refugiados sirios, que pone especial dedicación a la educación de niños y adultos. Es, precisamente, la educación uno de los pilares en los que se sustentan la mayoría de los proyectos de Manos Unidas; la educación ilumina el mundo, y para todos, sin mirar razas, religiones o condiciones políticas. Porque hay que educar en libertad y para un mundo mejor.
Conocer en persona los proyectos de Manos Unidas es ver con tus propios ojos la garantía de cómo una tarea se realiza escrupulosamente bien, desde el principio hasta el último destinatario. Y al comprobarlo es imposible no encender el compromiso.