Waldo Gerardo Fernández trabaja desde hace 18 años con Manos Unidas, y ahora jubilado sigue colaborando con la oenegé. Su papel como coordinador de proyectos en países de Centroamérica le hace buen conocedor de la situación que vive América Latina. Ayer participó en el Seminario Internacional Permanente 'Alimentación y hábitos alimentarios en Asturias y América', donde recalcó la labor que Manos Unidas hace en el tercer mundo.
América Latina cuenta en la actualidad con cerca de 600 millones de habitantes. De ellos, aseguró Fernández, «unos 170 millones, es decir un tercio de la población, vive en situación de pobreza». Además, «es el continente de máxima desigualdad». Su situación, resultado de un proceso histórico complejo, «no permite una evolución importante». De hecho, «diariamente mueren 1.000 niños de entre 0 y 5 años por enfermedades fácilmente previsibles y curables», una realidad «muy impropia del siglo XXI».
La oenegé Manos Unidas trabaja desde más de 50 años para que circunstancias como estas puedan mejorarse. Su objetivo fundamental es promover el desarrollo en los países del Tercer Mundo. Está presente en más de 60 países en América Latina, Asia y África, donde con el dinero que obtiene de donaciones financia proyectos de desarrollo. Concretamente, en América Latina colaboran con 14 países, y en los últimos 25 años han canalizado alrededor de 360 millones de euros.
Una vida más digna
Waldo Gerardo Fernández afirmó que su propósito es «dar un primer empujón para que después los proyectos caminen solos». Hoy en día los proyectos en los que está inmerso están dirigidos principalmente a generar mejoras en los ingresos de la población o potenciar una alimentación saludable, o lo que es lo mismo, «intentar darles una vida más digna». Sabe que realmente lo necesitan. Por eso, ayer su ponencia llevó por título: 'Hambre y malnutrición, testimonios de primera mano: la labor de Manos Unidas durante más de 50 años en América Latina', con la que intentó acercar una «realidad plural y compleja».
Fernández reconoce que «la tendencia a la pluralización en torno a los gobiernos progresistas que han comenzado e emerger hace una década es una de las problemáticas a las que los ciudadanos se enfrentan hoy», sin embargo deja un mensaje optimista. «Muchos latinoamericanos miran por primera vez al futuro con cierta esperanza». Manos Unidas, concluyó, «seguirá trabajando para conseguirlo».